Tan lejos
Cuando los dorados haces de luz, generosamente y sin costo adicional,
alumbran el indalo, aun estamos aquí en la oscuridad de esta mañana, en la que
suena el timbre del teléfono en cuyo visor gracias a la técnica me descubre al autor de la llamada.
Una broma, que de no haber sido por tal causa (el conocerle) no hubiera dudado
en enviar a mi comunicante, en plena oscuridad, justo donde el parlamentario
andaluz, con personal criterio, mandó a la pobre Europa, la de los mercaderes,
(que no placeros). Tan lejos.
Al descolgar el auricular reconozco la voz que me comunica lo
siguiente, de que para llevar a cabo la instalación de la
puerta para lo de la travesía central de la plaza municipal de abastos de la Encarnación , a que hora considero la mas oportuna para
proceder los operarios, al objeto de que no me perjudique las ventas.
Solo el cariño me
hace seguir con la chufla de algo tan serio, mas aun cuando reconocer el acento
que le delata me hace pensar que es una buena noticia hacerle con humor con
todo lo que lleva pasado en su quebradiza salud de entrañas recortadas, y corazón
herido. Le imagino conduciendo y con los primeros rayos de Sol iluminándole la
cara rumbo a las doradas arenas reparadoras del desierto, cuando tiene la ocurrencia de llamarme.
Con las manos libres está prohibido hablar de lo que hay, y también
de lo que no hay, pero no hay nada mejor que antes de desayunar, poner un poco
de humor, en este asunto tan serio. El estomago siempre lo agradece.
Apenas pasa nadie por la calle desierta, en un poniente de
sombras. Al Ángelus, y sin caja, con un recuento visual de los ingresos, (después
de cuatro horas de tancredismo forzado) nos lleva a pensar que hoy el gorrilla
de la calle Sierpes superará con creces la cifra de la recaudación realizada en
el laberinto de la modernidad, la
locomotora del comercio, y sinergia del degradado sector.
A buen paso camina por el exterior, del micologico conjunto,
un artista comprometido con esta ciudad de silentes en ejercicio. Un saludo nos
hace mantener unas palabras para un nuevo intento de que se pueda llevar a cabo
el retorno de Ceres, una vez que la plaza municipal de abastos ha sido, de esta
extraña forma, dicen que recuperada.
Pongo fin al aciago día en el que ni el esfuerzo de mi compadre Juan me salva la
jornada de números rojos, en el que cualquier intento de venta se hace infructuoso.
Ni siquiera Contador ha salvado el Alpe de Huez.
Sevilla 18 de Julio
de 2013
Francisco Rodriguez
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