martes, 23 de julio de 2013


Tiempo de niños
(Saber leer)
 

No deja de parecer que todo esto sea una actitud infantil, por más que tuvieron tiempo, aunque fuera provisional como para llegar a la madurez. No hay forma. El tiempo de niños se ha fijado con el de los miedos, y este con el del silencio, como si el paso provisional nunca hubiera pasado.

Las luces determinan como se puede entender la lectura de un trabajo publicado en un medio. Sirva recordar que para comprender un texto al menos hay que saber leer, pues será cosa difícil si esto no se hace correctamente, ya que puede ocurrir, y de hecho así a sucedido que el articulo periodístico realizado por dos profesionales sobre los distintos problemas que se advierten en lo de la Encarnación, los placeros han venido a leer incluso lo que no está escrito.

Podría suscribir todo lo que los profesionales de la comunicación han escrito en su publicación, pero cierto es que la información que se recoge en el trabajo, forma parte junto con la observación personal de la visita al mercado, donde son las expresiones tomadas, y  que corresponden a distintas personas, que una vez anotados los comentarios de viva voz dan inicio al trabajo periodístico, ya sean estas clientes o comerciantes, donde también, junto a las que  libremente expongo a los autores del articulo , también se incluye la del Sr. Secretario de la Cooperativa. Lo que hace más importante saber leer bien. La lectura debe de aprenderse de niño.  

El caso es que como si de nuevo hubieran venido los terrores nocturnos. La jerarquía de los placeros, a los que no les gusta ser llamados subarrendatarios,  viene a actuar con el brazo demoledor de lo que se llama acuerdo de Asamblea General, y olvidando leer con detenimiento  el propio texto de la Ley de Cooperativa, se permite, a la vista de lo leído en la prensa, (muy mal leído en este caso) cuando menos, por la facilidad  para mentir  al difundir en circular informativa cosas totalmente falsas, en cuanto pone en mi palabras no dichas, y que al menos por esta vez no he pronunciado.

Con esta calumnia, (el tiempo de niños nos vuelve de nuevo) cuando, pensé que quedaba todo zanjado con las disculpas( que sin rencor acepté) cuando me fueron ofrecidas  de quien con su propio miedo, a no se sabe que, posiblemente querría silenciar lo que fue  publicado según  sus palabras, y que por ser persona preparada no parecía posible que se la pudiera engañar, ni llevar a engaño, dada su gran experiencia mundana, ni menos que fuera, como así se difama en la circular interna, para sacar provecho personal de algo que al parecer esta directiva sabe perfectamente.

Hoy una nueva nota, con testigos que se prestan para su entrega, tal que pareciera un juego infantil, trata de hacerme llegar la determinación a la que han acordado, como no podía ser de otro modo por unanimidad,  en la  última de estas reuniones de los placeros. La lectura rápida me hace pensar que han iniciado un expediente sancionador, y tengo la impresión que fallan, otra vez,   y no solo en la lectura del artículo, lo mismo el procedimiento pasa, o debería de pasar,  por enterarse de verdad lo que se lee.

 Por más que pueda suscribir todo lo dice el artículo del periódico, que como es fácil se puede comprobar que no lleva mi firma, las palabras que mantengo solo son las que se especifica claramente, en el excelente trabajo periodístico, como mías.

Sevilla a 23 de julio de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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