martes, 16 de julio de 2013


Que sea bueno

 

Aunque se ventea que el disponible cubriría la operación, zeta por aquí, setas por allá, como los pájaros se tiene la sensación de que se busca denodadamente la financiación que cubra los parasoles. Hoteles y aparcamientos llevan números. Por el contrario, en el palacio de ferias, incluida la de San Miguel, no comenzaran las obras de ampliación, justo hasta que esté todo el dinero contante y sonante, según los números, sobre la mesa. Tapete verde, gana la banca. Es igual, pero no lo mismo. No es lo mismo, haber que tener. Cuenta cuanto, cuanto cuento.

Haberlo ahílo, pero tener..... Solo se tiene el temor de que acabado los gatos, no aparezca a tiempo  el chivo, a ser posible destetado y expiatorio. Un cabrito que lo pare, paresole, parole, parole parole, solo sole y lo metro,  ponle pole. Parar y medir. Sin explicaciones.

Patrimonio no esta dispuesta a ser chivo de nada, faltaría más, menos a destetarse de la mamandurria. Senos siliconicos de un top-less de revista. ¿Pero donde encontrar un “cabroncete”, que sea “ bueno” , como mínimo, para  descargar las culpas de tantos errores?.

No miren a la ciudadanía, bastante hace con soportar, ni miren en la oposición política. No miren a los comerciantes, aburridos de esperar, ni a la Escuela, ni a la Universidad, ni a la Academia, que no va con ellos, ni tan siquiera a la canallesca prensa, ni a ningún grupo de experto, tumbadores de maleficios.

Ni en los verdes, ni en los ecologistas, ni en la asociada izquierda, ni en los recalcitrantes peatonalizadores, ni en los paisajistas del urbanismo amable, ni en los conservacionistas, ni en la elite cultural. Miren solo en su interior, en su conciencia, viendo lo que se busca, como dice el del anuncio  ¿pero donde está el limón?, y lo que se pretende, que se tire el refresco conocido y tome el nuevo con todo el sabor acido de los edulcorantes.

La Encarnación necesita imperiosamente un chivo para no hacerla. Si lo que hiciera falta fuera un gato, bastaba con repasar la hemeroteca municipal, pero a estas alturas ¿un chivo?. Un caballo hubiera sido más fácil. Un caballo, un sillon de rosas por un caballo, incluso callado en el sellado pacto. ¡Ay, Alameda!  No es el caso, la Encarnación tan solo necesita un chivo, bueno ó lo que sea, pero que sea “bueno”.

 

Francisco Rodríguez Estévez

-Sevilla 2 de Julio de 04

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