martes, 1 de noviembre de 2011

Dos botones de muestra

n cascada

Como por el momento es imposible que se pueda llevar a cabo ninguna rectificación, y cuando no queda otra solución más que aguantar el bicho, al menos, creo que es conveniente que se sepa cuantas deficiencias nos muestra aquello a primera vista, y poner de relieve, que se pudo hacer algo mejor.
Cierto es, por ser algo que salta a la vista, que lo realizado no tiene nada que ver, después de tantos modificados, con la idea original. Que el costo real, en nada se acerca al presupuestado, y menos al que se le supone. Son como dos botones de muestra, y aun no se sabe cual es la tela que va ha llevar el traje. Que os puedo decir.
Siendo muy amplio el directorio de los forzados lectores, es posible que algunos de los más de trescientos, ni abran el correo que les envío, y los borre automáticamente.
Otros por el contrario, me leen con consideración, y la mayoría, imagino que me soporta, incluso los hay que se detienen en leerlo, para ver que majadería le he enviado.
Muchos no lo saben, pero llevar tanto tiempo escribiendo sobre un mismo asunto, y que para colmo, en demasiadas ocasiones prediciendo lo que ha sucedido, no es cosa que tenga mayor merito, pero crean que cansa, pero no el escribir, lo que agota es no haber obtenido nada de todo lo que esperaba de mi callada mariana.
No es fácil escribir del mismo asunto, cuando ya se le dado mil vueltas, para decir otra vez lo mismo, mas cuando por imposibilidad de volver al tiempo pasado, aquello ya no tiene vuelta atrás, y solo cabe la resignación en muchos, y posiblemente el aplauso de otros tantos. De vez en cuando hago una quita, como lo de las crisis, una limpieza de directorio de aquello que ni se enteran, ni hacen por enterarse.
Seguramente ni habrán venido todavía a ver esto. Cuando lo hagan reparen de verdad en aquello. Nada mas hay que ver el acabado en los arranques de las piezas que soportan la cubierta, algo tan chapucero que indica la falta de calidad que puede percibirse en el resto. Cierto es que las sinuosas curvas enmascaran el trazado, pero en algunos sitios no hace falta el metro para apreciar que la calle tiene distintas anchuras, y no vale decir que es algo intencionado.
Con los cambios llevados a cabo, una vez suprimido el exorno floral de buganvillas para crear el micro-clima, el “planetarium” en la bóveda, el aparcamiento perimetral subterráneo, eliminada la estacion para el metro, (Metropol), y desaparecida la del imposible metro centro, se diría que aquello, con sus tres enormes escalinatas, disformes y destartaladas, como vías de acceso a una plaza publica privatizada, sorprende que no tenga un mínimo servicio, para atender, las necesidades propias de los abuelitos que , tras el esfuerzo de la escalada a la que se sometió, peldaño a peldaño para ver aquello, su próstata le demanda.
De siempre vaticine que estos escalones llegaran a ser con el tiempo más que vomitorio de evacuación, mingitorio en cascada, y por el alto porcentaje de acierto en aquello, quedará por ver.
Sevilla a 1 de Noviembre de 2011
Francisco Rodriguez

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