lunes, 14 de noviembre de 2011

En el absurdo

Esperando

Hay días en los que me pregunto que hago esperando, si aun no he descubierto a quien, ni que debo de esperar, ¿acaso que rotulen mi puesto?, cosa además obligatoria, y que desde hace un año espero, y espero, pero creo que no lo van a rotular nunca.
Por suerte, la pensión que me quedó es tan pequeña que tengo que seguir trabajando, lo que me permitirá seguir esperando, y esperando a que coloquen el rotulo, pues de otro modo me hubiera quedado esperando lo inexistente, como la puerta, como Godot.
¿Que espero que me lleva esperando para un año?, ¿Acaso que queden tapados el sistema de conducciones de las aguas, para que supriman el antihigiénico sistema de rejillas en cuyas canalizaciones se remansa el agua cuando deja de ser inodora?.
Espero tal vez que dupliquen las luces, al igual que hicieron en la sinuosa calle, hoy mercadillo de artesanía dominical, para que no tenga el llamado mercado municipal, ese triste aspecto que en la pobreza de luz aquello causa, entre el suelo oscuro de un granito de saldo y el amarillo pálido de la formica.
Que espero pues, que pase, si el reglamento de mercado, vigente en la concesión adjudicación no dijera lo que se le podia leer, aquello de que el viario interior debe de tener una anchura minima de cinco metros, pues lo mismo se podía decir cuatro,o tres, o dos ¡pero menos! Menos.
Acaso fuera inesperado encontrar tal medicion, pero ¿Que se podía esperar?
Como Estragon espera que llegue Godot, pues el asunto que se traen entremanos es delicado, el tiempo es el que no espera y la obra se acaba de una manera tan absurda que cada vez que recuerdo mas lo de la puerta, cosa que sucede a diario, pues justo la tengo enfrente, a menos de dos metros, no hay que medir para nada los cinco metros reglamentados, ni coger la cinta métrica para nada, basta extender los brazos, y se puede tocar el cristal de la puerta inexistente, puerta que llevo esperando desde el principio, y pienso que por algo tan sumamente sencillo, tan fácil de realizar, que estoy convencido de que no hace ni falta que aparezca Godot, pues lo que espero es solamebte que abran la puerta para entrar, para salir, puerta automatica, pero antes hay que colocarla, y antes hacerla, y antes encargarla, y antes presupuestarla, y lo mismo llega antes Godot, y me ponen el rotulo, y tapan las rejillas, e instalan unas ventanas para la aireación, y esperando, esperando, se pasa el tiempo, y quien sabe lo mismo hace falta que cierren algunos puestos mas para saber que Godot no llegará nunca, y lo mismo no cabe esperar ni un minuto mas. Pero como sabemos, esta obra es del genero absurdo,que no espere nadie, que nada tenga sentido.
Sevilla a 14 de noviembre de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

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