jueves, 10 de noviembre de 2011

Tercera caida

Tres mas dos, mas tres más

Esta operación, aunque lo parezca, no suma aun ocho, que por si no lo sabían era el numero de lo de la Encarnación provisional. Le vino dado por un santero cubano, que en el 92, cuando la Expo, ya vaticinó todo lo que se ha cumplido.
En esta Encarnación sin Esperanza, siendo el ocho número que significa protegido por la patrona, y resucitación de lo perdido, de lo olvidado, de lo muerto, seguro que debe de corresponderle otro numero. Tres mas dos, mas tres, significa que mientras al que todo daban por muerto, resucitó en la nueva Encarnación, y cuando ya salieron tres de la fosa de las necesidades, a decir verdad sin escaleras, y hasta sin un trozo de lino con el que enjugar los enrojecidos ojos de una rabia contenida, de tanto esperar, para esto.
Dos se encuentran en stand by pass, es decir esperando para ver como pasan los días en la esperanza de que aquello cambie de palpito, y la prima de riesgo se condone, que no es ninguna guarrerida con la hija de tu tía, la hermana de tu padre, ni tampoco que esta, por aquello del riesgo, tenga ligadura de trompas, aunque no se llame Falopio el novio, ni Vitorino, como el de Macarena, y el pespunte del cosido a mano se lo puedan dar a la del elefante,(Trompa mas grandes cayeron)
El caso es que allí están los dos con tan malita cara de uvi, que todos creen que es por el amarillo del formica.
En el laberinto del interior, encontrar una puerta puede ser una salida.
Tres salidas están pendientes solo que se resisten ha tomar con las manos vacias las de Villadiego,- dicho que se basa en la asociación en el refranero español del nombre Diego con personajes ladinos y socarrones (“Yo me llamo Diego, ni pago ni niego”). Villadiego sería “localidad” donde van y viven los “diegos”, los que huyen.
Tres mas, esperando que les llegue el tiempo de jubilo, mientras no les acontece nada de lo que se imaginaron, pues nadie les aparece dispuesto a facilitarle una cantidad para que les sea mas llevadera la fase final en los dorados retiros aljarafeños. Aun queda uno, tal vez dos, y hasta si me apuran tres, con un incierto panorama, como cualquiera de los que quedan, acaso cuatro, por como está la cosa.¿Dije digo? ¿Digo, Diego?
Lo cierto es que contaríamos al revés, y los que resisten son, aparte de aquel que daban por muerto y resucitó en esta Encarnación, pues como que no hay mas de un tercio del reservorio, pocos regulares, y si acaso algún legionario, los que vienen a conformar el destartalado batallón de desigualdad en formación “Magnus itineribus” en las que el caprichosos diseño intervino para que, otro tercio, perceptiblemente se está yendo al garete como consecuencia de una mala operación aritmética, tres, mas dos, mas tres, casi cuatro, tal vez cinco, acaso seis, posiblemente siete, con seguridad ocho, como el numero de lo de la Encarnación provisional, y con la esperanza perdida, ¿Quien se puede fiar de la nueva patrona, siendo la concesionaria? En el primer aniversario, la Esperanza, Patrona de la Encarnación, llegará, pero los puestos se encontraran cerrados, y ningun placero estara para contarlo. Cabe decir que en esta ocasión no habrá sido por la bajada en la bolsa de Nueva York, ni por la caída del mercado, de valores naturalmente, la causa es por aquello de que tal fecha, será domingo de Adviento (la llegada).
¡Que susto!
Sevilla a 9 de Noviembre de 2011 Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: