lunes, 25 de julio de 2011

Malas ideas

Victimas verdes

La sentencia de los del Prado, (querer por las bravas edificar un edificio en un Jardín publico) hace imposible devolverle la vida a los mártires verdes que se llevaron por delante en un numero de casi trescientos ejemplares.
En el perímetro de la Encarnación dieciochos pseudoacacias espinosas, marcaban la alineación medieval hasta que, por disposición municipal, se llevó a cabo la tala eliminatorias. Evidentemente fue todo un atropello contra la propia vergüenza de la ciudad que abandonó a estos seres verdes plantados en sus alcorques desde mucho antes de que al tipógrafo se le ocurriera pensar,(por aquello de ser hijo de la Posse)en el futuro.
Estas primeras victimas, como consecuencia de realizar un cajón de obra de chapas, estuvo seguida de otros arboricidios en la cercana placita, hoy desaparecida, que embocaba en La Venera.
Solo quedan tres en pié, de los ochos que tenia aquella destartalada plaza en la que distintas elevaciones la hicieron insufrible, el ultimo de la amplia martiriologia fué cosa eciente, pues fue arrasado por la maquina que retiraba la losa de hormigón, donde sirviendo de anclaje, la enorme grúa que estuvo girando por encima de las cabezas de las personas que arriesgaban pasar por ese lugar,cuando quedó convertido el espacio, jardicillo publico, en deposito de materiales.
Su lugar ha sido repuesto por unas losetas grises, de tan mala calidad que aparte de que se ensucian con mucha facilidad, y no se limpian, su endeblez, y fragilidad es tan patente, que se advierte facilmente por la cantidad de ellas que se encuentran maltrechas y rotas, o lo que es peor, ligeramente levantadas para que el tropiezo sea la antesala de las numerosas caídas que se producen.
Lo de las fuentes bultos es peor. Aun no ha salido gota alguna por los surtidores y hace para ocho meses que la pusieron tanto las de Regina, como la de la placita donde se trunco la vida del “Parasol de la China”, que ya llevaba años plantado allí donde se guardaron las maderas plastificadas del pino finlandés, mientras se buscaba el engrudo para pegarlas al objeto de cambiar su amable sombra de hojas caduca por esta de creación berlinesa, inspirada en las moreras gigantes que quedaron tan mal orientada que solo hace sombra en Invierno.
No era eso lo que reclamaba la atención, pues es cosa pasada que el tiempo dirá cuando se retiraran, y eso será algo casi prioritario cuando las arcas municipales se recuperen, y pueda rescatar la concesión que trajo la ruinas a la Encarnación y no solo las de la mutilada Hispalis.
El caso es que entre bolardos prohibiendo el paso de vehículos ,y la proliferacion de veladores de cuanto bareto inicia el aprovechamiento de los desérticos espacios, la ocurrencia llevó a instalar unas medias esferas de hierro colocadas sobre la base de tres bolas, semejantes a munición de falconete, donde se han plantado unos jóvenes árboles de “siempreviva”, pero que entre el calor que acumula el recipiente de hierro, la continua exposición al Sol de E. a O. y la falta de riego y cuidados, en pocos días se han perdido varios ejemplares, que aun siendo árbol de extrema dureza,lo de la Encarnación, como cabe imaginar por lo que amarillea, no hace mas que crear nuevas victimas verdes. Y cuando no, una manifestacion.
En la barreduela de cristal donde ni pusieron fuente bulto, ni sembraron el magnolio,por suerte su destino marca el lugar exacto donde se erigirá el nuevo Tholos de Marmaria para el retorno de Ceres, junto a la puerta inexistente(todavia) de la fachada Oeste, para dar comunicación con la travesia central del laberíntico mercado amarillo, tan amarillo, tan amarillo, que muchos creen que todo es por la falta de riego, otros que por la falta de imaginación, mas parece que no, que el amarillo bilis no sea cosa de ideas, a menos que sean malas.
Sevilla a 25 de Julio de 2011
Francisco Rodríguez

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