viernes, 1 de noviembre de 2013









Una vez más

 

Superadas con creces  el millar, una mas. Esta para que acompañe a tantas otras que han servido para verificar el grado de compromiso de las distintas                          responsabilidades en lo de la Encarnación, es decir ninguno, por rectificar algo que a todas luces es el disparate del absurdo comercial.
Se trata de la colocación de las puertas en lo que como plaza municipal de abastos de la Encarnación ocupa la parte baja del polietapico y multidisciplinar proyecto denominado  zona comercial.
 Enrevesado lugar delimitado al Sur, por la entrada a la sinuosa calle, y la desparecida curva de paso bajo los peldaños (hoy travestida en bar de copas), por el Este, dando curvas cristaleras al conjunto de locales vacíos, estos  a la espera de poder configurarse "el emporio de riquezas en una prolongación de la 5ª avenida de Nueva York",  al Norte, con la escalera que invade el coso de Regina, parterres que ocultan el paso a la calle cubierta, acceso a la planta inferior, salida de servicio, y bocas de husillos que llenos de inmundicias, tienen que semanalmente ser succionados, y por el Oeste, con la escalera condonada, el Tholos de Mamaria con destino a Ceres, salida de basuras, dormitorio de indigencia, husillos desatascables, fanal del trampantojo donde se busca una puerta inexistente, el vestíbulo de acceso, con entrada de ascensores,  y panel de rampa al porcentaje de gran esfuerzo.

Ni que decir tiene que tuvo su capricho consentido la colocación de las puertas para este espacio anti-comercial que, por tal motivo (y otros colaterales) como daños, está perdiendo sinergia en el sector, y por días deja de ser la locomotora que tanta ilusión hacia al Dr. Sánchez, para su icono, y sus pobrecitos placeros.

Son tantas la veces que se ha recordado el aplauso fanático de algo que ni tuvo el menor estudio sobre circulación en los espacios comerciales, que no importa una vez mas, pues de otra forma no se entiende que sea el lugar donde el publico sigue buscando encontrar una puerta, y que  de hecho mas convendría que se dedicaran a instalar una puerta automática en dicho lugar, aunque solo sea por cumplir con la Ley de accesibilidad, y de paso, antes de que se cumplan los plazos y puedan aparecer los riesgos, empezar a corregir todas las deficiencias que el laberíntico mercado deja ver, por no coger el Reglamento de mercados en vigor, y a los responsables, que entonces la broma seria cosa seria y con las bromas no se juega.

Es mas que posible que este chocolate, teobroma de toda la vida, no cause la risa de las pastillas para el mosqueo que si Macabeo, como el rollo, que si Timoteo, como recomendaba el ultimo de la fila, y que según el Dr. Sánchez en el discurso de las carteras, teníamos que agradecerle a este que lo de la Encarnación, fuera bromas, fuera una realidad que todos podemos disfrutar, de no ser cuando menos por lo de la puertas.

 Dicen que en breve se va a tomar una nueva determinación al respecto, otra vez lo mismo, y se va a colocar una nueva puerta, y en este punto estamos, aunque no fuera automática, pero como no parece que sea cosa de creer, y como no queda otra que esperar, lo mismo si llega otra responsabilidad, por lo que seguiremos diciendo que lo de la puerta es algo que avergüenza, pero para eso tenían que venir a verlo, y la responsabilidades no están para ver esto en directo sin necesidad de anteojo, pero con la antojera, ya se sabe, que lo mismo creen que colocar una puerta es un antojo.

Sevilla a 1 de noviembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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