sábado, 16 de noviembre de 2013


Fiesta en el laberinto

Por la desértica calle, los reflejos hacen ver mas nítidamente el débil Sol de esta mañana en la que bajaron los mercurios, para mostrar nubes de algodón en los cielos donde el solomillo pasa inadvertido, y en la azotea de la casa de ladrillos  cara vista se oculta el carret de ternera lechal.

Dicen que viene la Delegada con el cuenta cuento, para el numero de la payasada y  las cuentas no salen si en la participación injusta la cornucopia  derrama su abundancia en el ancho del embudo mientras que el desértico lugar se ensancha cuando la estrechez  se hace mas grande siendo lugar por donde no pasa nadie. Pasó la Delegada, pasó diciendo. Todo un numero.

Una remesa de bolsas, como regalías al silencio, es repartida entre los comerciantes para su distribución a los clientes, que en el colorido se les invita a realizar sus compras en este lugar donde visto lo visto no se facilita la llegada, ni el acceso.

Personalmente la autoridad me hace entrega del acopio, diríase que sustancialmente superior  al previsto, un detalle nimio par quien no quiere mirar los reflejos en lo espejos de un cristal en los que solo cabe colocar una puerta. Dice que lo sabe, dice que lo ve, dice que lo siente. Es el lenguaje de los signos, como lo del mimo del doctor,a los pobrecitos placeros "que llevan tanto tiempo sufriendo" 

Este día de fiesta en el laberinto, ha traído algo más de público, en especial infantil, para que les cuenten el cuento. Cierto es que a veces los mas pequeños somos lo mayores. Tengo la impresión de que el cuento puede trasladarse a cualquier ámbito, tanto es así que hasta creo posible que por esta vez transmita a los responsables lo que ha podido ver en los instantes que estuvo en la desértica calle, que sepa, como sabe, que ellos deben de saber por su información fidedigna y directa lo necesario que se hace colocar la puerta para, como en política social se dice, evitar las desigualdades.
 En una calle, cuatro puertas, y en otra ninguna. En una calle se agolpa el publico y por otra no pasa  nadie. Seguro que algo está mal realizado y  no duden, que la solución no se hace difícil, es cuestión del cristal, y del aluminio. Abrir una puerta.

La Delegada siente, como debe de sentir su impotencia, si no encuentra la capacidad de dar una respuesta cuando tiene la Ley como mayor argumento, y el conocimiento de lo que aquello requiere. La fiesta se acaba y se marcha el cuenta cuento, es posible que no tenga que contarse nunca más ningún cuento, pero ¿que podemos pensar, si una vez que llegue a su destino el parecer de nuestra emisaria, y no ocurriera nada?

Dejemos las conjeturas en tiempo de cuenta cuentos, pues no se trata de realizar operaciones de física quántica sobre la penetrabilidad de una pared de cristal, ni que estas tengan el boson del pegamento de tantos bosones, pues en las paginas amarillas tenemos cantidad de empresas que se dedican a instalar puertas de cristal con perfiles de aluminio en menos de veinticuatro horas.
 Decididamente es cuestión de voluntad, y es cuando aciertas a comprender que cuando los otros, antes de los de ahora, la Encarnación solucionaba sus problemas con la palabra del doctor. Y tanto esperar para esto. ¡Pero, como! Ya ves.

Sevilla a 16 de Noviembre de 2013
Francisco Rodríguez Estévez

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