viernes, 29 de noviembre de 2013

Ciudad de gracia

A pesar de que lo de la Encarnación, pura broma, siendo asunto con origen caprichoso, que no original, pues no deja de ser aun en el silencio de esta callada ciudad de la gracia, algo tan serio, que más parece cachondeo. “Metropol-Parasol”

Nada mas saber que en la Universidad de Sevilla hay una cátedra metropol-parasol, la cosa puede resultar desternillante, a menos, claro está, que te lo tomes a broma, del griego,  ya que con las cosas de comer no se juega.

Que sea el tercer concejal de los tiempos del doctor, el último de los llegados, para que este resistiera los envites de las setas, nada sorprende pues, que siendo fiel edecán entonces, ahora, este  forme parte responsable en la cátedra, que como las setas, nacen en los micelios, y se hace imprescindible buscar en  los sustratos, incluso debajo de tierra. Que malita está la cosa.

Será pues muy difícil que se imparta una master class, in situ, que sería lo propio, a menos que por aula se tenga lugar en el mirador de vistas socializadas, sitio al que el berlines puso de nombre “nube”, como “nube roja”, por aquello de los indios y los jefes, y ahora le dicen “estomago” pero en griego, que no es boca, pues como sabéis es estoma, y es en el gastro donde cae la broma, es decir el alimento. ¡Estos griegos!

Siendo la cosa como es de torticera, por injusta,  me propongo inútilmente divertirme, a partir de ahora,  con eso de ver como cada día un ingente numero de personas de esta ciudad de personas, y personas de otras ciudades, de otras capitales, de otras naciones, e incluso de esta capital de naciones que así dijo el doctor, como buscan una puerta inexistente. ¿Y que puede significar eliminar una puerta por modificación y recorte en el disparatado gasto, una vez que el metrópol-parasol nos puso de nuevo en el mapa.? Puerta, puerto, plaza, mercado, estación, y aeropuerto.
 Al parecer por la comida del arquitecto, léase broma, nos dejó en la vanguardia de los aplausos este mojón, léase hito, para que cada día, en el trampantojo de la barreduela caprichosa, siga el publico buscando una puerta para poder entrar en la modernidad, y una vez dentro, poder salir del laberinto. Pero no hay manera.

No es bueno reírse de las personas, pero cuando estamos a punto de celebrar el tercer aniversario de la llegada al mercado amarillo del reservorio de placeros que soportaron los treinta y sietes años de provisionalidad, sin descuentos por la aplicación doctrinales del mimo, ni por el desgaste de las maderas metálicas que causaron tres años mas de espera por la seguridad equivocada, ni por aquello de  la guasa del edil ¡mas madera ¡, ¡mas madera!, a modo Marx, como Groucho gritaba a sus hermanos para que el tren,( tal como esta Encarnación sin metro, convertida en sinergia de bares, otrora zona saturada del decadente sector) que llaman “Metropol-Parasol”, ni por que el tercero con su propias manos atornillara el ultimo tablón para la foto, hazaña sin precedente para que se convirtiera imprescindible a quien fuera, en los discursos de las maletas negras, calificado por el doctor, como hombre clave, sin el que no hubiera sido posible acabar este proyecto imposible,  locomotora del comercio, y otras tonterías, nada menos que en responsable de la cátedra, ¿pero, con todo esto, como me podría reír de quienes buscan una puerta?  ¡Pero, como!

 La verdad es que no se como, pero seguro que ni en la cátedra, ni en la concesionaria, ni en la administración le importa  nada, ni el publico, ni el mercado municipalizado (que así hay que llamar a aquello), ni mucho menos creo que puedan sentir la mas minima preocupación si falta una puerta, aunque solo fuera por cumplir la Ley de Accesibilidad. Ustedes dirán si la cosa es seria, con tantas risas.

Sevilla a 29 de noviembre de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: