miércoles, 17 de abril de 2013


Instalar

 

Que lo de la puerta, en lo de la Encarnación, es algo que irremisiblemente  se tendrá que instalar, lo cual es cosa sabida,  y por lo tanto no presenta ninguna duda, solo que la duda aparece en los que representan, por lo que no es fácil instalar una puerta donde lo que se instala es la absurda ceguera de no querer ver lo que es evidente.

Por el momento, la inexistente puerta cierra sus puertas con paneles de vidrio al paso de las personas que encuentra lo que no buscan, tal que fuera una serendipia convertida en  trampa de cristal. Buscando puerta, para entrar en razón, para salir de la ineptitud.

Buscar la puerta, por necesaria, no es un problema del que quieran participar en su solución las dos responsabilidades ¡Faltaría mas¡ Faltaría la puerta.

De hecho dan por demostrado cuanto es lo que le preocupa, cuando instalaron el cierre a una lógica aplastante, y se impide instalar una puerta que le podría servir tanto para cerrar el desatino, como para abrir algo mas que las ideas, con buenas ideas.

Malo seria que en el tiempo residual que queda antes de que aparezca alguna otra opción, por muy remota que parezca, no quede instalada la puerta en lo de la Encarnación, sustituyendo a la ya muy famosa puerta inexistente.

Algo pasa cuando el silencio se ha venido a instalar también, cuando nadie sabe dar explicaciones,  mal por que no se saben que explicaciones se pueden dar, peor, si no se saben dar. Suele pasar cuando una vez se ha instalado, lo que se instala, que como en lo de la Encarnación no fueron precisamente para cumplir con la Ley de Accesibilidad.

Sevilla a 17 de Abril de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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