miércoles, 3 de abril de 2013






En el peligro.

 

La han retirado. Debe de ser por que crean que pasada la semana santa, que pasó pasada por agua, como que el peligro ya hubiera pasado, al menos, para que se crea de forma generalizada, que retirando la red, se puede llegar a creer tal cosa.

En el peligro existente de un agujero en la nada, el vacío ya no tiene red que pueda impedir lo que se evitaba mientras estuvo la malla verde que impedía los posible riesgos.
Lo cierto es, que en peligro permanente el agujero sigue siendo un peligro. Se diría que en caso de caída tonta, o libre, de trampolín sin agua, el resultado está garantizado. Cierto es que quien evita la tentación quita el peligro, pero al parecer este peligro solo se encuentra en Semana Santa, y una vez pasada esta, en el peligro no hay temor.
Afuera estaba una victima propiciatoria, se le veía en su perfil marginal. No se como podría calificarse al infeliz, que se ha venido a alojar bajo el sinuoso vuelo de la escalera acotada. Sus muecas, sus gestos, aspavientos, grito apagado, sonidos extraños como de animal herido,  y su actitud perdida, posiblemente fruto de la indigencia, o vaya usted a saber que circunstancias de la vida, hacían que no se le pudiera augurar por el momento un mejor futuro. Aun joven pero estropeado,  barba descuidada, le calculo como de treinta, de rasgos norteafricanos, y todavía  se conserva fuerte.

Al aparecer la lluvia descargada con fuerza por otro nuevo chubasco, le hace buscar el refugio en los cartones que sirvieron de lecho. Hsata aquí todo, por lamentable, parecía normal, deduzco que se trata de un hombre al que el destino le maltrató la vida, y no parece que por las cucamonas que realiza, posiblemente debido al deterioro mental que debe de padecer, no tiene evidencias  de que pueda recuperarse fácilmente, y lo mismo con la chaladura se está apuntando a ponerle fin a  una forma de vida, que sin saber donde se encuentra el final, lo mismo le dura, como que la madura.

Es triste, pero el susto me llegó cuando después de una series de gestos y muecas terroríficas, contorsiones y desarrapos,  ver como el muy desquiciado ignortando el peligro se sube, vete a saber por que razones, a lo alto del estrecho pasamano de la barandilla que perimetra el agujero, justo cuando ya le habían quitado la red de seguridad, que evitaba el peligro en semana santa, y por lo tanto, aunque al quitar la red se tuviera por dado que ya  no existe el menor  peligro, en caso de caer al vacío que custodia una barandilla que por su escasa altura, para nada persuade subir a cualquier perdido que lo intente, en cuyo caso el castañazo podía ser, en este caso, “morrocotudo”. Que salte Falete.
Menos mal que aun tenia esa capacidad felina de quien lo necesita todo, y de un salto, para su suerte, se puso a salvo. Acaso feliz por la proeza, golpea con sus puño los cristales de una puerta inexistente, mas para hacer ruido que que para fallido intento de partirlos.
Con la bolsa a la espalda entró en la plaza municipal de abastos de la Encarnación, como no me pareció que buscara un descuido, aunque puedo errar en el vaticinio, me inclinaría mas por que lo hizo para hacer uso del servicio publico, pues con la tontería, cabe suponer que aun le fuera posible que le quedara lucidez suficiente como para no hacerlo en la calle. Sin duda, un peligro.

Sevilla a 3 de Abril d 2013

Francisco Rodríguez Estévez

 

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