jueves, 2 de agosto de 2012

Rectificar




Algo que puede parecer fácil en lo privado, pues es de sentido común rectificar en la medida de lo posible, cuando las cosas pueden mejorarse, y en todo caso cuando se advierte que seguir en la misma dinámica los pésimos resultados acabaran con la empresa.

Esta medida puede aplicarse, en especial, cuando la distribución de los artículos, o el recorrido comercial no genera resultados positivos, claro ejemplo pueden observarse en los continuos cambios que se llevan a cabo en las grandes superficies comerciales que con cierta frecuencia optimizan el espacio.

Todo lo contrario ocurre en los mercados de abastos municipales, ya sean municipalizados, pues no solo es imposible realizar la minima modificación, pues son incapaces de realizar los estudios que mejoren el aprovechamiento integral de las instalaciones, por lo que disponer una nueva puerta es algo que no se contempla. Así van las cosas.

Nada mas degradante que ver la mayoría de los puestos cerrados en esas islas de cuatro puestos, ya de por si laberínticas, que con el trazado aun las empeoran. Ni pensar de que se pueda hacer algún cambio, ni demostrar lo negativo de la imagen que se ofrece, ni soñar que se pueda abrir una puerta en la travesía central, al menos para que los compradores, y visitantes, puedan orientarse, que no esta de mas facilitar con una rectificación tan sencilla como esa, en un intento para que aquello mínimamente mejore. De haber sido en la empresa privada, hace tiempo que se hubieran llevado a cabo las grandes transformaciones que son necesarias, a tenor de los desaciertos que a simple vista pueden ser observados.

Ciertamente, esto solo puede ocurrir en los espacios municipales, pues en lo privado los encargados responsables, primero hubiera estado atentos a lo que allí se estaba haciendo, y en segundo lugar, se hubieran depurado de inmediato las responsabilidades visto el gatuperio de semejante realización, por lo que rectificar esta visto que no es cosa de mercados municipales, ni en concesión, por lo que tendrán que permanecer en el error.

Sevilla a 2 de Agosto de 2012

Francisco Rodríguez Estévez

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