miércoles, 26 de mayo de 2010

Tras el error, la mentira

Soluciones

Mas que buscar, se están pensando con cierta prisa en algo, un titular al evento cuasi urgente ante lo inmediato, ante la posibilidad inaugural virtualmente creada, para poder ponerle epilogo a lo de las setas. Me refiero a lo de la Encarnación eso que como de todos es sabido, ya no hay dudas de que se trata de una ocurrencia germánica, premiada, insostenible, impagable, impegable y por algún tiempo imposible, a la que por lo declarado parece decidido que no se piensa rectificar, lo que nos lleva a pensar aquello de que si detrás de un error no aparece la rectificación, con toda seguridad encontraremos la mentira.
Eso es lo está pareciendo la “cosa” que, aunque lo jure y perjure por el rosal y sus espinas, por el puño, y lo que guarda, la solución que se le quiere dar a lo de la Encarnación, no se ajusta a la realidad, por mucho que se llene la boca con el argumento de que los problemas técnicos están resueltos, y los económicos a la espera, evidentemente, por el sonido de la palabra hueca, no es la solución que requiere el delicado asunto, si al oír lo que dicen ,mas parece mentira, que realidad.
No serán por excusas y justificaciones, que de sobra las dieron de todas las clases y modelos, pero esta de que lo de “las “setas” tienen que acabarse, por el interés general”, tiene castaña. Gana en imaginación a aquella de “lo del proyecto imposible, pero que con la arquitectura financiera se puede decir que ya, es posible”, lo que nos llevó a pensar que la solución al problema no estaba en el pegamento, cosa que así sucedió, pues más pareció que fuera cosa del cheque, que también es sabido, como lo de lo imposible, que no hay nada como un cheque para unir, bien untado , la entalla-dura con la “espera”, que el lo de la Encarnación el tiempo no cuenta.
Es algo sustancial que cuente el tiempo y que cuente la cuenta y no el cuento, pues lo de las cuentas no es cuento, y por más que se crea que sale, sale, y no sale, todo depende. Y es así, sencillamente por que puede que se hayan realizado todas pruebas técnicas, pero no hay constancia de la prueba del algodón, la que no engaña, a tenor de todos los engaños que sucedieron a los errores.
Las cuentas de los costos son desconocidas, ese es el misterio, y no solo las del conjunto de las piezas de la “ocurrencia”,incluida la pieza separada del “antiquarium”, las escaleras para los jóvenes y la azotea botellodromo, por supuesto restando en la cuenta la estación del metro y el “planetarium”, y también parece que el elemento vegetal, y las fotovoltaicas que en esta ciudad gana premios con la casa “solarkit”, y como todo el mundo sabe, que además del ahorro energético, es obligatorio instalarlas, y encima reduce los impuestos un 50 % del (IBI), y otro 50% en el (IAE), que le vendría muy bien a los vendedores del pequeño mercado para que los ignotos costos no se le suba a cotas imposibles, pues ellos no tendrán mi arquitectura financiera que los salven, ni tan siquiera por el interés general.

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