martes, 11 de mayo de 2010

El verdadero peso de la historia


En lo insólito

Aunque pudiera ser en el olvido, apenas tres personas han podido ver donde se guarda casi toda la historia de esto de la Encarnación que tanto escándalo produce, y de la que poco queda por hablar cuando todo está dicho, en la autentica definición del disparate del mismo “ un proyecto en el que aquello no es ni rehabilitación, ni restauración; que no es regeneración, ni remodelación; que no es ni intervención, ni conservación; que no siendo nada , lo es todo, porque ante todo, aquello es solo confusión, el signo de los tiempo, zeistgeis de la modernidad transmoderna de la fruslería de cuantos sin saber si fueron las vanguardias, dicen desde la retaguardia, de los que sin saber que es la ética, dicen de políticas, de los que ni aportan, ni arriesgan un solo euro de su bolsillo, eligieron este carísimo capricho, acaso para contentar, como en otro tiempo, al mentor, al prócer, un icono que tal como “parasol”, les guarda en su sombra.
Pocas personas de esta ciudad han podido ver aquello, por eso llama la atención que tanto peso tenga la historia, de esta historia de peso, como para que parezca dogma, y que se pueda reconocer la existencia de lo que se guarda, sin haber visto una sola hoja, por mas que supere los cien kilos.
Otra cosa es lo que fuera capilla torera, donde lo de la Encarnacion estaba encomendado a los santos, y a las santas, de mayores garantias, y que degenerando con los acontecimientos ahora cuelga como tablón de anuncio en la pilastra derecha, (la izquierda del espectador) donde, cual rustico Google, mantiene informado a los parroquianos de los milagros que acontecen. Las capas de papel, como excrecencias de la perla, se fueron superponiendo en el frágil soporte desde hace años, y difícilmente pueda soportar en la cubierta, como lo del pegamento en la madera caliente, la próxima verdad que mentira no sea.
En lo insólito permanece el peso de tanta historia, pero nunca en el olvido, cuando, de vez en cuando se habla, se comenta, se dice de su existencia, aun siendo desconocida, pero ahí están guardadas todas las paginas, aguardando para que en el futuro no se cuenten milongas, y se pueda conocer en su integridad todo el proceso de un proyecto que duplicó con creces tanto los costos, como los plazos, se olvidaron las sostenibles células fotovoltaicas para el ahorro energético, llevaron a los vendedores del mercado a un espacio por costoso imposible, y por oscuro, transparente urna de cristal.
Ni por asomo se pudo realizar la estación del metropol. Se perdió parte de la colonia hispalense, y casi toda la Isbilya. La plaza pública se privatizó, y de las escaleras es mejor evitar los comentarios. Y aunque no parece que pueda ser cierto, ni tuvo penalizaciones, ni hubo responsables. Acaso por insólito.
Sevilla a 11 de Mayo de 2010
Francisco Rodríguez

No hay comentarios: