Lo sabe, o no lo sabe
Lo cierto es que mas que un juego parece, tanto si lo saben
como si no lo quieren saber, por que en ocasiones llegan a creer que lo mejor es querer ignorar las
preguntas, pero el concurso nos lleva a cumplir las bases, y que no ocurra como con
lo de la Encarnación ,
que aquellas, por ambiguas, apenas si algunas de las propuestas cumplieron con lo que se
solicitaba. Puerta, puerto….. y todo lo demas del cuento, incluido el aeropuerto, como Ciudad Real.
El concursante tiene que elegir, entre lo sabe, o no lo sabe,
y como de costumbre se comienza por no lo sabe, y para ello debe de elegir a
alguien que conteste por nuestro concursante.
La pregunta dice,
¿Cuantas veces votó el anterior alcalde a favor de las setas, aun sabiendo que
era un proyecto imposible de realizar?. Y el concursante a elegido a su socio de
gobierno, el mismo que al final intentaba desmarcarse cuando se tuvo que
aumentar la partida con 18 millones mas. Y……. efectivamente, al decir una,
quiere decir ha errado la respuesta,
pues fueron cinco. Por lo cual nuestro concursante sigue jugando.
Ahora tiene que ser, lo sabe. La pregunta es la siguiente.
La fuente más antigua de la ciudad tiene protección de bien de interés cultural
al igual que la Iglesia
de la Anunciación ,¿
De acuerdo con la Ley
de Patrimonio de Andalucía, las setas se encuentran en la distancia suficiente
para que no contamine visualmente esos bienes patrimoniales?. A quien elige el
concursante para contestar. A la
Delegada de Cultura.
Ni que decir que esta responde que apenas hay dos metros
desde el P-6, a
la fuente,, y unos treinta metros sobre la fachada Este de la Iglesia , y es mas, añade, también
afecta la pasarela de los caprichos a la torre inclinada de San Pedro, la de
los ficus inspiradores, por lo cual se detecta una contaminación visual
contemplada en la Ley
de Patrimonio de Andalucía. ¡Correcto!
Ahora jugamos para no lo sabe, y la pregunta es. Como todo
el mundo debe de saber, la azotea, o
planta primera del polietapico y multidisciplinar proyecto que se conoce como
las setas de la Encarnación ,
está diseñada como un lugar destinado a la juventud. ¿Podría decirnos cuantos
servicios podemos encontrar en la plaza llamada de la mayor indignación una vez
que se ha subido las escaleras?
Para contestar, lo mismo elige al portavoz de la oposición,
y este, contesta formulando una duda ¿Dos? ¿Tres? Evidentemente ha fallado, pues el alemán
no dispuso eso de que a ningún joven le diera un apretón en pleno concierto,
y por lo tanto las evacuaciones pueden
llevarse a cabo en la barreduela de cristal o cualquier recoveco de las
sinuosas curvas. Lo cual quiere decir que al fallar la respuesta, nuestro
concursante sigue ganando.
Ahora la pregunta es
para lo sabe, y jugamos con la siguiente pregunta. Es sabido que dentro
del laberinto de lo que llaman mercado de la Encarnación podemos
encontrar 36 columnas en el viario, lo cual son 36 obstáculos que podían
haberse evitado con otra distribución, pero la pregunta es la siguiente, ¿Cuantas
puertas coinciden con la travesía central? Aquí optamos, tanto por la concejala
de casco antiguo, o por el concejal de consumo, y por aquello de que la
preferencia la tiene las damas, nos va a contestar la delegada. Y dice “Es
evidente que el mercado tiene seis puertas, pero que están tal mal colocadas
que ni tan siquiera cumple con la
Ley de accesibilidad, y efectivamente, llevo mas de un año
intentando con todas mis fuerzas, que se coloque una puerta, y por lo tanto que
sea automática para que coincida con la travesía central, ya que de momento no
tiene puerta en ese viario, y aísla la calle de poniente en un grado de nulo paso de los clientes. Es decir que no existe
ninguna puerta en la travesía Central. Correcto. Nuestro concursante se lleva
el premio.
Fuera de concurso, yo estoy convencido de que en el
Ayuntamiento todos saben lo de la puerta, y en Sacyr, también, otra cosa es que
aunque sea por aplicar el sentido común, hagan el esfuerzo de instalarla. Y eso
creo que se sabe, o lo mismo no se sabe (por fácil, solucionar)
Sevilla a 18 de Febrero de 2013
Francisco Rodríguez Estévez
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