miércoles, 6 de febrero de 2013





Cámaras

 

Después del susto como que se me fueron las ganas de seguir en esta historia de lo de la Encarnación que esta visto no ha sido un lugar idílico donde acabar mi tiempo dorado, pues entre la modernidad del capricho del doctor, y la indolencia de quienes estaban llamados a ser defensores de la causa, aquello solo hace que me surjan las ganas de dejarlo.

Creo que ni con el premio me pudieran hacer cambiar de idea, que eso es lo que hay es algo evidente, pero que nada se hace por mejorar es patente. Sin ir más lejos se podría proceder a elevar el suelo y pavimentarle con un material sintético, lo que  llevaría a suprimir las desagradables rejillas, anticuadas de solemnidad, que serian sustituidas por pequeños registros sumideros con pendientes para recoger el agua de los puestos de pescados.

Colocar un sistema de renovación de aire y eficientes filtros al objeto de que desaparezcan los extraños olores impropios, y que se están alojando de forma permanente también seria una buena medida de modernidad y de vanguardia.

Si repasara todas las “averías” que me tocaron, aparte de ocupar un lugar donde puede observarse con total medición que incumple el reglamento de mercado, y que acaso por la anulación de una puerta prevista aquello quedó convertido en una desértica calle, que a pesar de tener la mejor panorámica del exterior, puede observarse como cada día son muchas las personas que tratan de encontrar una entrada inexistente, y eluden continuar y pasar por allí en el caso de buscar una salida-

Colocar una puerta es algo a todas luces necesario, pero esta visto que no se tiene las luces necesarias para ello.

Fue en los primeros días que un chaparrón inundo la parte alta, debido a un fallito en la telas asfáltica que coincide con un pequeño parterre en la azotea, antes de pasar a ser plaza de la mayor indignación. Luego fue otra ves un continuo goteo que resulto ser una mala conexión de una manguera del aire acondicionado.

Otra fue la llave de conexión del termo para el agua caliente que tenia perdida, pues no lo habían probado. La cámara frigorífica se le fue el termostato, y el codo sifonico de la pileta realizado en fuelle de plástico súbitamente se rajó.

Nuevamente la cámara, y posterior mente la vitrina, los ventiladores, el grifo y las persianas, por dos veces, y últimamente el interruptor de la cámara y el aplique de luz, que por cierto es el tercero en dos años y parece ser que aquello no esta bien estanco y hace que al entrar agua se produzca el consiguiente corto. Por ultimo el atraco.

Me pregunto la policía que si existía cámaras de video y no supe que decir siendo un establecimiento tan moderno y de vanguardia. Hoy me recordé que muy al principio había visto una pantalla en el ordenador del jefe de mantenimiento, de inmediato le consulto y me dice que las cámaras están apagadas por orden de la policía. Es mas, me informa que la instalación es algo muy costoso y que esta prácticamente inutilizado, y que por cierto la calle desierta, al menos tiene dos cámaras con lo cual de haber estado operativas tendríamos la película secuenciada de los hechos y el ladrón identificado, lo cual hubiera permitido al menos preguntarle por la documentación, siempre y cuando lo mismo, si es un sin papeles, me esta usurpando la identidad. Cámara, y acción, vamos que ni de cine

Sevilla a 6 de Febrero de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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