martes, 12 de febrero de 2013


Hola, ola china

 

El numeroso grupo de turistas procedía del lejano Oriente. “Bejín de Bejín”. Se notaba en el silencio de la plaza de abastos su presencia, pues existía la división de opiniones en el seno del grupo, ya que no debía de ser fácil elegir lo que se ofrece a la vista para quienes solo conocen el jamón de oídas.

Llega una minoritaria parte hasta donde me encuentro, portan en sus manos finísimas tajaditas que en otro establecimineto les han sido ofrecidas para testar, y mira por donde una de las chicas levanta su pulgar como quien salva la vida del gladiador del tridente.

Tiene un ingles tan malo como mi chino. Con un lamentable “Shi Jao”, las saludo en un alarde de poliglotismo, quieren testar también la exquisitez del jamón que expendo, pero no está la cosa para degustaciones y le anoto en una hoja de papel, que para saborear las esencias de la sierra de Sevilla, tiene que apoquinar “six iuro”, por los cien gramitos. Jo. Traduzco por el movimiento afirmativo de su cabeza que esta conforme. ¿Balota? 100 gramitos  seis euros.

Se suma el resto del grupo para realizar en todos los escorzos imaginables fotografías del lance. Las finísimas lonchas se superponen el papel pergamino, cuando escucho una voz de hombre entonando “ Oé, oéoéoe´, oé, oé.  Levanto la cabeza,  y no me queda otra que conceder premio con una degustación, bien despachá", al autor de este ánimo futbolístico.

Sorpréndanse, al instante todos los chinos cantandome Oé, oéoéóe´, oé, oé. Desisto en invitar a todos. Termino de cortar lo solicitado, y una de las chicas pasa el papel del que todos toman un tapita. No se creerán lo que les digo, pero sepan que fue algo insólito incluso para mi que llevo visto muchas cosas en mi larga vida de placero.
Con una precisión milimétrica el grupo de chinos realiza, justo en el primer día del año de la serpiente, una coreografía perfecta de una ola. Digo bien una ola, levantando las manos en varias ocasiones tal como si diera la vuelta al estadio, algo sorprendente que inventaron en los mundiales de futbol en México.

La ola china, acaba como se acabó el jamón, y con el dulzor en su paladar repiten insistentemente, gracias, gracias, adiós, adiós, al tiempo que les contesto Xing, xing, mientras que se alejan con una enorme sonrisa. Hoy será un día que recordaran muchos años. En sus cámaras llevan las imágenes, en el paladar el sabor de la bellota, en sus recuerdos permanecerá Sevilla.

Por esta vez la pequeña cuantía de la venta realizada, quedo compensada por el simpático detalle, espero que el boca oreja, hola, ola, me traiga mucho clientes este año de la serpiente, que lo mismo es tambien el año de la puerta.

Sevilla a 12 de Febrero de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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