Hola, ola china
El numeroso grupo de turistas procedía del lejano Oriente. “Bejín
de Bejín”. Se notaba en el silencio de la plaza de abastos su presencia, pues existía
la división de opiniones en el seno del grupo, ya que no debía de ser fácil elegir
lo que se ofrece a la vista para quienes solo conocen el jamón de oídas.
Llega una minoritaria parte hasta donde me encuentro, portan
en sus manos finísimas tajaditas que en otro establecimineto les han sido ofrecidas para testar, y mira
por donde una de las chicas levanta su pulgar como quien salva la vida del gladiador
del tridente.
Tiene un ingles tan malo como mi chino. Con un lamentable “Shi
Jao”, las saludo en un alarde de poliglotismo, quieren testar también la
exquisitez del jamón que expendo, pero no está la cosa para degustaciones y le
anoto en una hoja de papel, que para saborear las esencias de la sierra de
Sevilla, tiene que apoquinar “six iuro”, por los cien gramitos. Jo. Traduzco por
el movimiento afirmativo de su cabeza que esta conforme. ¿Balota? 100
gramitos seis euros.
Se suma el resto del grupo para realizar en todos los
escorzos imaginables fotografías del lance. Las finísimas lonchas se superponen
el papel pergamino, cuando escucho una voz de hombre entonando “ Oé, oéoéoe´, oé, oé. Levanto la cabeza, y no me queda otra que conceder premio con una degustación, bien despachá",
al autor de este ánimo futbolístico.
Sorpréndanse, al instante todos los chinos cantandome Oé, oéoéóe´,
oé, oé. Desisto en invitar a todos. Termino de cortar lo solicitado, y una de
las chicas pasa el papel del que todos toman un tapita. No se creerán lo que
les digo, pero sepan que fue algo insólito incluso para mi que llevo visto
muchas cosas en mi larga vida de placero.
Con una precisión milimétrica el grupo de chinos realiza, justo en el primer día del año de la serpiente, una coreografía perfecta de una ola. Digo bien una ola, levantando las manos en varias ocasiones tal como si diera la vuelta al estadio, algo sorprendente que inventaron en los mundiales de futbol en México.
Con una precisión milimétrica el grupo de chinos realiza, justo en el primer día del año de la serpiente, una coreografía perfecta de una ola. Digo bien una ola, levantando las manos en varias ocasiones tal como si diera la vuelta al estadio, algo sorprendente que inventaron en los mundiales de futbol en México.
La ola china, acaba como se acabó el jamón, y con el dulzor
en su paladar repiten insistentemente, gracias, gracias, adiós, adiós, al
tiempo que les contesto Xing, xing, mientras que se alejan con una enorme
sonrisa. Hoy será un día que recordaran muchos años. En sus cámaras llevan las imágenes,
en el paladar el sabor de la bellota, en sus recuerdos permanecerá Sevilla.
Por esta vez la pequeña cuantía de la venta realizada, quedo
compensada por el simpático detalle, espero que el boca oreja, hola, ola, me traiga mucho
clientes este año de la serpiente, que lo mismo es tambien el año de la puerta.
Sevilla a 12 de Febrero de 2013
Francisco Rodríguez Estévez
e
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