jueves, 4 de noviembre de 2010

el horror amarillo

De formica

Ni me podía imaginar que aquello pudiera ser el nuevo mercado de la Encarnación, siempre que se le pueda llamar mercado de la Encarnación a eso que bajo las epatante cubierta, dicen que ha sido diseñado por el arquitecto alemán al que le premiaron la idea que se le ocurrió en Berlín delante del ordenador.
Nada hace indicar que la autoría sea de este pujante creativo al que Sevilla le ha brindado que pase a la posteridad por una vanguardia, que otros llaman papanatismo, y que mejor hubiera sido que la hubieran construido en dígase cualquier otra parte.
Cabe la posibilidad de que en el amarilleo, por mas que tenga hasta la firma de her Mayer en el modificado del proyecto de ejecución aquel que tenia fecha de cuando los viales interiores de los mercado de abastos, según el vigente reglamento municipal de mercados de abastos de la ciudad de Sevilla, de ninguna de las maneras podía permitirse ni la propia delegación de Consumo, ni era cosa que pudiera permitir la Delegación de Urbanismo, que pudieran saltarse lo estipulado, ni el mismísimo porquero de Agamenon. Todo cambia bajo el Parasol, muerto su otro siamés, el metropol.
El establecimiento con vaticinio de anticomercial, fuera de toda simetría, amorfo e irregular, esta lleno de anchas columnas que obstaculizan en demasía en transito dentro del espacio de sinuosas paredes de formica y cristal mas propio del laberinto de los espejos que acoge unos puestos donde el aprovechamiento de los espacios es una burla al sentido común.
El diseño de los puestos cuya paternidad señala a los propios placeros, y esto culpan de la patochada a la Delegación de Consumo, o cuando menos a la constructora, incluso a Urbanismo, entre todos hicieron el hito, y salio mojón.
Ni se pueden imaginar de que perversión se ha podido ocurrir los llamados puestos de verduras para los tristes verduleros, nada que ver con los extraordinarios diseños de los que disfrutaran los alegres pescaderos.
Peor, por no tener ni donde colocar un gancho en las paredes de formica para colocar un escaparate de perniles, donde cabe suponer se expenderán carnes procedentes de las masas musculares de los animales de abastos, incluidos en el Real decreto 147/93, que por ser orden de mayor rango que la ordenanza municipal el galimatías de la misma es cuestión de quienes la elaboraron. Ya las cambiaran.
Sevilla a 4 de Noviembre de 2010-
Francisco Rodriguez

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