sábado, 13 de noviembre de 2010

Ajonjolí, abrete( Puede ser sesamo)

Ábrete

Como si aquello pudiera ser abierto con solo una palabra, después de esperar durante muchos años una apertura en toda regla, se anuncia, casi se ordena, que lo de la Encarnación tiene que abrirse con urgencias inesperadas. Posiblemente cabe imaginar que con la parafernalia al uso, pues tras lo de las maletas, lo de las llaves en el Salón Colon, y el ágape in situ, excelentemente servido por “Casa Robles” con el que la concesionaria quiso agasajar al personal, después de la tormentosa firma de aquel contrato al que, por su estricto contenido y difícil compresión, los placeros haciendo piña, por unos minutos se resistieron a firmar. Con estos antecedentes festeros lo que toca es la sorpresa de la inauguración, bien con cinta, o con azulejo, para que la foto recuerde el acto, tal como aquel del 67 que pego el primer picotazo.
Lo de la Encarnación no tuvo primera piedra. Es cosa cierta, pues la piedra que tuvo foto, y trípode, fue para lo del mercado sótano, y las cinco plantas de aparcamiento que tantas veces tuvo la firma favorable del doctor Sánchez, que ya quedó sabido que es medico.
Ábrete, es palabra de argot, que viene a significar “quítate de en medio”,que naturalmente nada tiene que ver en este asunto.
Pero en este caso ábrete, no será llave de nada, pues las prisas inaugurales y sus deseos, no pueden hacer que aquello que tanto dinero ha costado a las arcas municipales, (recordaremos la cifra de 4.4 millones de euros), pueda ser algo merecedor de elogios, ya que por su mal diseño, y peor optimización, tengan que ser modificados demasiados elementos, y cuando no, olvidaron que en la formica utilizada no se puede insertar con garantías los herrajes que puedan cargar las piezas de carnes, pero no solo los cuartos traseros de las reses, las chuletas y perniles de cerdo, es que ni tan siquiera existe la posibilidad de colocar una escarpia. Y es que nadie sabe donde vieron, que un puesto de carnes y chacinas no tenga ni donde colgar un solo gancho.
No será fácil abrir aquello, lugar de cromatismo macilento, donde permanece en paradero desconocido la persona que tuvo la idea de colocar las vitrinas trincheras, no las había mas altas, un metro setenta centímetros, por lo que pocas personas, que tanto gustan ver de cerca las mercancías, podrán observar los cortes, de los filetes, de las finas lonchas de jamón, como quien dice el hueso de ternera, o el tocino, y es que esa barrera anticomercial, debería de bajarse a la altura ideal de compra, y dejar los inventos donde como en las plazas de abastos, y esta tiene 198 años, todo está inventado.
Peor está lo de la pileta de acero inoxidable, con ducha incorporada, como elemento exótico, integrada en una mesa de una sola pieza, realizada en acero inoxidable y formando un ángulo recto, de tal forma que en un extremo esta la toma de agua y en el otro, el desagüe. Olvídese de moverla, sine die
Ábrete, es una orden, la misma que debería de servir para buscar lo que falta.
Búsqueda de responsabilidades, por las que se encontraría de donde parten estos descabellados diseños que forzosamente tienen que ser modificados, tal como es inevitable en los mostradores de tres pisos de las verdulerías, que tanta tristeza causaba a los verduleros la cuota modificada.
Y cuando menos, como el olvido, no de instalación, pues es conocido que el encargo que se le formuló a la empresa instaladora, con sede en Churriana, no llevaba herraje interior las cámaras de carnes. Muchos olvidos, demasiados olvidos, pero nadie olvidó cobrar.
La próxima orden de abrir en lo de la Encarnación, parece que no será lo del Antiquarium, acaso por que esas son otras cuentas. Vienen las prisas. Y poco se puede abrir en condiciones en esto de la Encarnación, a pesar de la orden, y los deseos para su cumplimiento, pero será harto difícil, como no se abra la cuenta oficial para la partida de rectificaciones, que de todos es sabido que hacerlo es cosa de sabios. O, no.
Sevilla a 13 de Noviembre de 2010
Francisco Rodríguez Estévez

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