lunes, 22 de noviembre de 2010

Dos mas, y van siete (Al final se enteraran todos)

En el vientre
No hubo suerte. Por el momento solo aparecen subalternos con un discurso aprendido: Solo pegar, pegar, y pegar. Uniformidad total, estética sinuosa, cromatismo en pálido verdosillo y acero, y encima el famoso tomo nota.
Los montadores de la instaladora, pusieron todo su empeño en enseñar el funcionamiento de tanta modernidad. No era difícil, pero trataron en la medida de sus posibilidades dar respuestas a casi todas las preguntas, y las que quedaron, pocas, sin responder al menos informaron que mañana estaría un responsable de mayor rango a disposición de los comerciantes. Todo hacia parecer que nada se diría acerca de los rastreles olvidados. Efectivamente, nada excepto que hay que pagarlos, que quitar no es poner.
Consultado aparte, en privado y sotto vocce, le pregunte a uno de ellos, quizas el mas joven, las posibilidades que había para bajar el altísimo mostrador, cosa bastante difícil, que no imposible, e incluso cortarlo, pero este me indico la causa del problema y no era otro que el suelo había sido elevado en 35 centímetros, por lo que en lugar de tener la altura idónea, en lo de la Encarnación aparecían tan alto. Mal asunto. Cabe preguntar si tantos técnicos en todo el proceso y no tuvieron en cuenta el escalón interior que realizaron a posteriori para las conducciones de agua.
La cosa no tiene remedio. La charla de quien representaba a la gerencia estuvo en la línea de no aportar nada, pero abrió la puerta a los pareceres, posiblemente para no autorizar nada de lo que se pudiera realizar, pues sin taladrar las paredes, sin poner los herrajes, y decir que se está buscando las soluciones que otras empresas le aportaron para la instalación de la balanza, causaba rubor, y la que encontraron para el aprovechamiento del espacio de la zona alta que sostiene la estructura de formica, era de tal simpleza que, todo volvió a quedar en la orden estricta de pegar y pegar, y volver a pegar, incluso el telefono, con silicona, no mas clavos, o loctite de los chinos.
Los tristes verduleros, se vuelven alegres y con felicidad y ahorro, ven como le retiran el exceso de acero inoxidable de la tercera planta de diseño que le pusieron a los puestos. La operación de alto standing ha sido silenciosa pero efectiva y ha dado su fruto. Dicen que iran por cuenta de alguien, que posiblemente tendría alguna responsabilidad, y cuando menos, un cargo, y como dicen que rectificar es de sabio, eso ha debido ser cosa de mediamark, (que no es ningún tonto).
Al final, ni le oí una sola palabra al responsable de la adjudicataria que se encargará de todos los temas, ya tendremos tiempo de escucharle, pero con lo del cierre de los puestos de lo de la Encarnación, es nunca mejor dicho, una cruz.
Seria bueno que la empresa adjudicataria, después de haber visto la demostración llevada a cabo, que pusiera a una persona encargada de retirar cada mañana ese enorme Stipe de suficiente peso, para cargarlo hasta el interior de los puestos y depositarlo en algún lugar dentro del poco espacio de que se dispone. Y por supuesto volverlo a colocar cada tarde.
De nada sirve reiterar más veces lo mismo. Eso es así, pero al menos no me quedo con las ganas de expresar lo que pienso de todo esto. Malo será que acierte.
Lo oyen, seguro que lo oyen, pero no se enteran. Lo leen, seguro que lo leen, pero no lo comprenden. (Que otra cosa se puede pensar, ¿Qué pasan?)
Es evidente que como es imposible recomponer aquello, y una vez que subsanaron los problemas de los tristes verduleros a satisfacción, y los alegres pescaderos los puestos son de lujo, y los que se hicieron a medida están impecables, y los demás están contentos, parece que quedamos en minoría y me temo, que este mamarracho, se quedará tal como está sine die, y por lo que a mi respecta, no me importara nada, pues podré decir, cuando me pregunten, que a mi tampoco me gusta.
Sevilla a 22 de Noviembre de 2010
Francisco Rodríguez

No hay comentarios: