martes, 19 de mayo de 2015

Toda una vida

Ahora el solar tiene una visión desgarradora. Se muestran las heridas que abren en sus entrañas a jirones de triste belleza como astas de cérvido desprendiéndose de los colgajos del epitelio de una muda.
Como alcornoque desnudo, al que le roban durante el frío invierno su atormentado arrope del bornizo de nueve años. Tal que estuviera en  carne viva, como tiene el corazón de Raphael, en el vinilo. Así está quedando esa terrea piel sin su cobertura pétrea que, a las bravas, están arrancando de su pasado, al parecer con las mejores intenciones.
 La paciencia junto a la técnica, nos dicen que recuperarán la belleza que quedaron enterradas y nos guardaron los ladrillos de la plaza de abastos demolido  para que nos puedan causar más admiración, si fuera posible, el poder contemplar hecho Arte, esos cachitos de mármol, teselas del pavimento de anteriores moradores.
En ellos, pisadas de la vida cotidiana, amores y pasiones, fiestas y funerales de plañideras, testigos multicolores de un tiempo de esplendor y decadencia, de una Cultura que tanto dejó en su caída, y tanto nos dejó en la sangre.
Aseguran, que volverán, tras la intervención recuperadora, a su lugar de siempre, donde quedaron instaladas por deseos del pudiente que las encargó, tras revisar los catálogos que teselalossa  ofrecía sin plus para filipina que valga.
 Los operarios con contrato basura del destajo, enlosaron de moda los aposentos y los caprichos de su propietario, incluso a veces, para delicias de estos, les instalaban inventadas emblematas para llenarles de vanidad, que eran recompensadas con largueza.
Resultado de imagen de medusa en el antiquarium de SevillaCasi dos mil años aguardaron para volver, y demandan justamente, el sitio arrebatado, el de toda la vida. Treinta y tres y pico tendrán que esperar los envejecidos placeros, toda una vida, claro está que ellos no son de mármol, pero tienen el mismo deseo, que ahora llaman El Emblemático.
 Para estar a la altura, cuando llegue el tiempo de la cinta y lo del azulejo recordatorio de la gesta, a muchos de los placeros, mosaico multicolor del aposento, nos tendrán que realizar, como a las alfombras minerales, un lifting rejuvenecedor, aun a riesgo de parecer, sobre las tarimas, carcamales del cuplé. De ambas maneras se tendrá  una visión como al principio, desgarradora.
Sevilla a 3 de Diciembre de 2003
Francisco Rodríguez Estévez


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