Hacerse comprender resulta difícil si se utiliza un lenguaje
críptico, pero no se puede ser más claro. En lo de la Encarnación pasa igual
que con el gato, pero no es lo mismo, no obstante si se efectuara en chino el
curto pasaría a ser quien compendió el saber, pero en esto de la Encarnación,
el curto no deja de ser un gato y no un peligro.
El saber es un peligro, y Peligro un rabón de pelo gris que,
al ser gato, no sabe lo que es y todo lo más que enseña son las zarpas al
desvalido Emblemático tratando de asustarle para que abandone el dominio que
tiene de la colonia.
Los gatos, respetados en muchas culturas por sus siete
vidas, tan solo se reencarnaban cuando agotaban tan largo crédito vital. La
Encarnación tiene una historia con final a punto de cumplirse, pues se le está
acabando el ciclo y se le anuncia una reencarnación como a los gatos.
Para ello, está anunciado que, en breve, se reanudarán las
tareas que quedaron pendientes desde hace un año. En breve estará plasmada la
idea premiada en planos. En breve se estudiará
si las modificaciones recomendadas, se ajustan a normas y leyes. En
breve se tendrá rescatado el solar. En breve se convocará concurso para
adjudicación de nueva obra. En breve se conocerán los costos y la participación
de cada una de las administraciones. En breve de desafectará el edificio
municipal que soportará la parte en espacie para pagar tanta sombra. En breve se
obtendrán de infraestructuras para las edificaciones, el resto de las partidas
económicas.
El mensaje críptico es de difícil resolución, y guarda más
de lo que dice, además de gato
encerrado. ¿Acaso no suena a chino, a gato?
Sevilla a 23 de Octubre de 2004
Francisco Rodríguez Estévez
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