miércoles, 14 de agosto de 2013


El bloqueo

 

Buscando la puerta inexistente acabó perdido en el laberinto. Por la indignación que muestra no parece que lo de la puerta sea el motivo de su disgusto.

Lo cierto es que ha llegado hasta este recóndito lugar para saludarme. Pero lo que le ha traído no ha sido la curiosidad por comprobar como se puede ver la ternera lechal en la azotea y los lomitos de la sierra norte en la terraza de la casa de ladrillos en la fachada.
 Me cuenta que nada peor que te bloqueen la cuenta de la caja , la nuestra, donde todo el dinero generado del poliglotismo viene justo para hacer frente a los pagos cotidianos. Por tal circunstancia confiesa que vino quien domina el francés en las tres mil aprovechando la larga cola a la que se tenia que sumar para generar la demora que se prevé al objeto de,  nada menos, que alguien le pueda mostrar el expediente que justifique de cómo le birlaron el dinero.

Es tremebundo encontrar que se le esfumaron así de  pronto casi una paga mensual, a la que ya se le había dispuesto su empleo. Ahora solo quedaba esperar a tener acceso a la documentación sobre una ignota multa de tráfico, por la que no recibió según me dice con  sobrado desembozo ninguna notificación. Lo cual no quitará el bloqueo.

Lo importante es que ha venido y se ha interesado por el tema, pues aunque es cierto vistió chaqué en otro tiempo, no es menos cierto que evidentemente aquel no era para llevar las herramientas en el fúnebre cortejo.

Con la temperatura de este Verano que diría apacible, en comparación con otros que la provisionalidad me ofreció bajo las horneantes chapas, Agosto comenzó rompiéndose  el carillón del muy antiguo reloj de pared, que fue de mis mis padres, estropeada la televisión Samsung gigante, fundido el TDT Nevil, y con un canino enterendengue que acabó desprendiéndose  encima de  la lengua, no me ha quedado otra que agotar mi cuenta, la escasa cuenta de la caja, tal como a mi amigo Antonio le hicieron en la suya, en la nuestra, y con el tapon ensangrentado por la lucha titánica que le entabló el canino al Doctor González, no nos quedó otra que hablar de la Primavera Verde, y ya nada mas que por el nombre de esta nueva asociación, da la impresión de endeblita, y lo mismo es argumento par adherirme, (siempre con el débil).
Cuanto mas contundente hubiera sido “bautizarla “Andaluces por Andalucía, lo mismo tiene mas salida. Pero lo importante es que todo tenga una puerta para evitar los bloqueos.
Puerta para llamar, puerta de emergencia, puerta del Príncipe, puerta de San Miguel, Puerta de los palos, Puerta de Jerez, Puerta Osario, puerta Real, puerta de atrás, puerta para entrar, puerta grande, puerta abierta, incluso puerta para la Travesía Central.

Mi amigo Antonio, se ha tomado el café con los churros, y  ha quedado envolver, si le daba tiempo, pero parece ser que se le hizo demasiado tarde.  Adonde estaré Dios mio, la próxima Primavera.

Sevilla a 14 de Agosto de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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