El oso amansado con aguardiente,
bozal de alambres, y argolla de pircing en las fosas nasales, balanceaba su
cuerpo al son de la pandereta, al objeto de mantener, a duras penas, su capa de
grasa. Mundo cíngaro. Escalando los peldaños de la desvencijada escalera, la
cabra subía hasta lo mas alto, cual imaginario monte, para realizar giros al
toque metálico de la desafinada trompeta. Los cartujanos de pura raza lo hacen
con música clásica en los espectáculos ecuestres, e incluso por sevillanas.
Pero no solo los animales bailan,
trepan, giran, o se balacean, al son que le tocan, basta ver los frikis, por
tal de salir en las pantallas televisivas imitando a las mama chichos, me toca,
o no me toca.
Un contratiempo, es algo
inesperado. En la melodía aparece en el tiempo débil del compás, pero la
sincopa no es imprevista, muy distinto al sincope del mandatario televisivo,
que le cogió en plena arenga el bajón, no se sabe bien si fue al oír las
primeras palabras del candidato por la rosa de Madrid, economista de toda la
vida, reprobando las obras en la capital,”no se pueden hacer todas las obras al
mismo tiempo, a menos que exista un interés personal”. El desmayo le duró poco,
pues le reconfortó el siguiente mensaje, dardo al rival, “todos sabemos que
detrás de las grandes obras, hay alguien que gana, además de los
constructores”. El doctor sabe de enfermedades del cuerpo, y para el
colesterol, caminar y hacer ejercicios, para el corazón la bicicleta, para
evitar la contaminación la jardinera, y para evitar la obesidad, champiñones.
Sevilla tiene un olor especial, en especial algunas calles, con botellón o
discoteca. Danzad, danzan, pero orinan, como animales.
Zona libre de humos, zona libre de
botellona, zona libre de especulación. Coto alejado de riesgos, dicen que no
existe el baile de números, ni números que bailen. Urbanismo libre de sospecha.
Urbanismo de urbanidad.
Las sevillanas, bailan y se bailan
en toda clase de eventos y ferias, nuestro representante permanente hace palmas
a la caballa, y los anaqueles de las librerías jalapeñas se llenan de arte de
Triana.
Que raro es todo esto del baile, cuando hasta las vírgenes abandonan la
clausura conventual para presentar, bailando danzas tribales, su ultimo disco
“Construyamos la casa del Señor”. Al menos, que busquen un arquitecto baratito.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 27 de Noviembre de 2006
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