viernes, 23 de agosto de 2013


Danzad

 

El oso amansado con aguardiente, bozal de alambres, y argolla de pircing en las fosas nasales, balanceaba su cuerpo al son de la pandereta, al objeto de mantener, a duras penas, su capa de grasa. Mundo cíngaro. Escalando los peldaños de la desvencijada escalera, la cabra subía hasta lo mas alto, cual imaginario monte, para realizar giros al toque metálico de la desafinada trompeta. Los cartujanos de pura raza lo hacen con música clásica en los espectáculos ecuestres, e incluso por sevillanas.

Pero no solo los animales bailan, trepan, giran, o se balacean, al son que le tocan, basta ver los frikis, por tal de salir en las pantallas televisivas imitando a las mama chichos, me toca, o no me  toca.

Un contratiempo, es algo inesperado. En la melodía aparece en el tiempo débil del compás, pero la sincopa no es imprevista, muy distinto al sincope del mandatario televisivo, que le cogió en plena arenga el bajón, no se sabe bien si  fue al oír las primeras palabras del candidato por la rosa de Madrid, economista de toda la vida, reprobando las obras en la capital,”no se pueden hacer todas las obras al mismo tiempo, a menos que exista un interés personal”. El desmayo le duró poco, pues le reconfortó el siguiente mensaje, dardo al rival, “todos sabemos que detrás de las grandes obras, hay alguien que gana, además de los constructores”. El doctor sabe de enfermedades del cuerpo, y para el colesterol, caminar y hacer ejercicios, para el corazón la bicicleta, para evitar la contaminación la jardinera, y para evitar la obesidad, champiñones. Sevilla tiene un olor especial, en especial algunas calles, con botellón o discoteca. Danzad, danzan, pero orinan, como animales.

Zona libre de humos, zona libre de botellona, zona libre de especulación. Coto alejado de riesgos, dicen que no existe el baile de números, ni números que bailen. Urbanismo libre de sospecha. Urbanismo de urbanidad.

Las sevillanas, bailan y se bailan en toda clase de eventos y ferias, nuestro representante permanente hace palmas a la caballa, y los anaqueles de las librerías jalapeñas se llenan de arte de Triana.
 Que raro es todo esto del baile, cuando hasta las vírgenes abandonan la clausura conventual para presentar, bailando danzas tribales, su ultimo disco “Construyamos la casa del Señor”. Al menos, que busquen un arquitecto baratito.

Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla a 27 de Noviembre de 2006

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