De ganado
Parece que para obtener el sillón y
su escabel, necesariamente se tiene que buscar en lugares de olvido, que llaman
de vergüenza, cada cuatro años. Los aseos para firmar pactos.
Cierto es que algo deben tener
aprendido donde los que tanto rendimiento sacan, en los tiempos de promesas y
solidaridad, a la precaria situación en la que se encuentran, pero no viene al
caso con lo de la
Encarnación , que de siempre fue una constante preocupación de
los politicos, evidentemente.
Hacia mucho tiempo que no aparecía
una hoja al respecto, hasta que llegó este día anunciando el “antiquarium” y, casi medio
kilo más de papel pasaron a engrosar las henchidas maletas de una débil
memoria.
No se ofrecía espacio para todos
los chabolistas, ni bolsa para su desalojo, que eso es siempre para el tiempo
de urnas.
En este penitencial, los distintos
medios han recogido el anuncio que la responsabilidad ha realizado para la
inauguración de este impresionante centro de Cultura, tiempos de la ciudad,
aunque en otro tiempo no muy lejano le llamaran “cuatro piedras”, bajo lo que
será un pequeño mercado, aunque en otro tiempo no muy lejano le llamaran
“mercado emblemático”, así pues, solo falta esperar, a que hable el
tiempo de nuevo, para saber si eran sabias palabras, o palabras hueras, si fue
un pronostico o en todo caso un vaticinio, y que llegado el día nos encontremos
con la realidad que acontezca, o el chasco.
Con seguridad, sea la que sea,
llegará la fecha en la que abrirá sus puertas ese compendio de modernidades,
para ipso facto, abandonar definitivamente el chabolismo comercial donde los
vendedores están asentados desde hace treinta y cuatro años, pero lo dejaran
sin haber logrado el rendimiento que otros lograron al aprender. El chabolismo enseña.
Llegado el momento sabremos si todo
tenia las patas cortas, pero nada nos cogerá de sorpresa de lo que acontezca en
esta Encarnación, que al llevar tanto tiempo alojada en la provisional mentira,
resulta incapaz de correr por sus desgastadas patas, y por lo tanto fácil de
capturar.
Si acaso, solo alcanza, como serpiente de
verano, de campaña, a “deslizarse”, al punto de que, en un sinuoso retorcimiento,
no es que le inventen leyendas inexistentes, sino que le crean el cuento de la
maldición. Por llamar la atención.
De tenerla, sería la sufrida por
los vendedores, por cuanto le tocó resistir en la provisionalidad, y en la
gestión indolente, aunque ahora le digan preocupada.
Otra versión de la creada maleficencia
acaso, la que se puede esperar le caiga a quienes ignoraron haberla defendido
en los tiempos difíciles de la picota, cuando Medusa tenia dormitorio bajo la
carnicería de Montada. Pero si la maldición existiera, no les quepan dudas de
que algo les caerá a todos cuantos le
metieron mano, y no se las limpiaron de patraña. Menuda es la Gorgona.
Parecía que lo de la Encarnación con su
disfraz de seta, de pura broma en ese carnaval permanente, arrebataría a la Alameda , ¡Ay Alameda!, ese
protagonismo travestí, transgresor, de chusmas y eventos a la que de siempre
fue dada, pero no. Intencionadamente la cosa es bien distinta, se trata de
recuperar el próximo otoño, la perdida Feria de San Miguel, que idearon otros
socios.
Feria de ganado, feria de perdidos,
de encontrados, de aparecidos, de prestados y de empeñados, bestiario de
animaladas, en la que están en vendernos la burra de la modernidad, llámese
jamelgo desdentado, por los años, de la estación del metro, mula, por la
testaruda sostenibilidad, de lo insostenible, pony, por diminuto, mercado
central, también llamado emblemático, acémila, por su uso, del botellodromo, y
recua, por las filas, de las vanguardias, todo el lote por 58 millones. Lo peor
es que en la graja de origen certifican estos productos como “pura sangre”. ¡Que
dolor!
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla a 15 de Marzo de 2007
Día de portadas
(Palop, acaba de marcar el empate)
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