Un millar de los dos mil
Con esta entrada en el blog, se alcanzará el millar. Otras
mil, de las que pude rescatar de la miríada que destruyó el maldito virus que se alojo en la memoria, por suerte ahora los tengo a buen recaudo, para cuando tenga tiempo,
cosa que será en breve, y poder darles un repaso al objeto de hacerlos mas entendibles,
pues fueron realizados en el periodo “papuchi” (raro, raro), en los que primaba
la actualidad y los gestos de lo que acontecía, tanto en la ciudad, como en las
declaraciones de los que debían de ser “servidores en lo publico”. Pura tontería.
Pero como aquel no era aun tiempo de bromas, como este, pues no quedaba a otra manera,
y los tenia que travestir, dicen mis lectores que con mucho ingenio, que mas
pareciera carnaval. ¡Qué bonito, que bonito!
Aun quedan guardadas en libretas y papeles, cientos de
neonatas paginas, algunas, las primeras, cumpliendo las bodas de plata en el
archivador, y es que por algun motivo no las envie a los medios, y aparte de que posiblemente ningúno me las publicaría,
mas me pudo el miedo de haber escrito lo que pensaba sobre lo que ocurría en
esta Encarnación, entonces de mis carnes.
No se. Lo mismo le pongo el punto y final, pues a pesar de
que esto es la triste historia de una causa que se veia venir que perdería al ganarla, pues el
acierto en las predicciones de sentido comun fueron tantas que para nada les importó lo mas minimo a nadie, lo cual llevaba irremisiblemente a esta
situación. ¡Ya lo sabía, ya lo sabía! Ahora todos tienen el telegrama en la mirada, destino- Cerca del Cielo.STOP
Con todo, continua siendo la única manera que dispongo para hacer
llegar lo que sigue sucediendo en esta Encarnación, ahora de mis canas, pero es
algo que no es fácil de entender, y mucho mas difícil explicarlo, pero ahí están
los pobrecitos placeros, dentro del emblemático mercado, sinergia del comercio
degradado, y locomotora del centro comercial, eje de las intercomunicaciones Norte- Sur, Macarena- Catedral, que tanto
gustaba decir a Lobo en “los lobitos”, que tuvo que abandonar esa esquina que le pronosticaban de oro, y sigue siendo una ruina de locales vacios.
Ahí esta ese proyecto imposible, que solo hacemosloimposiblepuntocom, pudo llevar a cabo al módico precio político de triplicar los costos y duplicar el tiempo de realización. Ahí esta saltándose, leyes, normas, y reglamentos. Ahí esta haciéndose de lo publico lo privado, de la accesibilidad chascarrillo, de la sostenibilidad guasa.
Ahí esta ese proyecto imposible, que solo hacemosloimposiblepuntocom, pudo llevar a cabo al módico precio político de triplicar los costos y duplicar el tiempo de realización. Ahí esta saltándose, leyes, normas, y reglamentos. Ahí esta haciéndose de lo publico lo privado, de la accesibilidad chascarrillo, de la sostenibilidad guasa.
Ahí esta lo que llaman plaza municipal de abastos, laberíntico
diseño de aleatorias puertas agrupadas por pares, precisamente donde no hace falta como la nieve, pero no la que desplomó la cubierta
para que un año después del luctuosos suceso, a esta que tenia identico sistema, por si nevara, se le dotara de máxima seguridad
rectificando la impevision para que sombreara la deformidad de una alineaciones que igual contaminan la fuente historica que se integran fuentes bultos
y parterres amebas, y que por el mismo motivo, siempre la seguridad en la imprevision, sirvió de excusa para no realizar
el puente de unión del p-5 y p-6, con visita socializada.
Ahí esta un pequeño porcentaje conservado del mayor yacimiento arqueológicos de la ciudad, capas estratigráficas como excrecencias de una perla, que se llamó Isibilya, Hispalis, y Sevilla.
Ahí esta un pequeño porcentaje conservado del mayor yacimiento arqueológicos de la ciudad, capas estratigráficas como excrecencias de una perla, que se llamó Isibilya, Hispalis, y Sevilla.
Ahí está para las carcajadas del autor del mamarracho, para
delirio de los palmeros, ese recoveco tan propio para la veneración de Ceres en
la lagrima del llanto de los caprichos, el Tholos de Mamaria, esperando, como
mis carnes, entronizar a la diosa de terracota, y poder abrir la puerta
inexistente que busca el publico, y a decir verdad, no se como les podría explicar,
que en el absurdo total de la ineficiencia, se mantenga la irresponsabilidad de las partes contratante,
cuando menos, por motivos de seguridad, de no
abrir una salida directa a la calle, puerta necesaria que mejoraría la entrada del
publico por motivos comerciales, y que facilitaría la salida mas natural, a
tenor del numerosos publico que como las responsabilidades, no les es posible
verla, puesto que no existe, en este caso ni la voluntad de facilitar las cosas.
Sevilla a 30 de Diciembre de 2012
Francisco Rodriguez Estevez
Mil en el blog
Sevilla a 30 de Diciembre de 2012
Francisco Rodriguez Estevez
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