miércoles, 26 de diciembre de 2012


Gratisfacion

 

Uno de mis compadre se ha propuesto encontrar una solución en lo que me tiene, y con bastante preocupación, en esta Encarnación de los  disparates. Piensa que tiene soluciones. Acaso por el aprecio que me tiene, dice conocer mi  cualificada profesionalidad, mi  singular personalidad, la gran experiencia que atesoro por los años en el mundo de las plazas de abastos, y pienso, que tal vez por su confianza como cliente de años, adquiriendo la calidad que ofrezco en mis productos, el hombre cree que no se trata su solucion con lo de la puerta y que existen otros factores para que la cosa me cambie.

Lleva varias jornadas observando las posibles deficiencias a corregir, y especialmente, como enterándose, del funcionamiento tanto de mi pequeño negocio, mal por supuesto, como el general del mercado, espero que se de cuenta, por esta vez definitivamente, de que falta la puerta, al menos contando por cuantas personas puede comprobar, a lo largo de la mañana, como intentan entrar por donde no existe puerta que valga.

En la desértica calle no pasa publico, y sin público, ni los estudios de marketing de su amigo el profesor de economia al que ha consultado, pero sin puerta es evidente que ni aunque lo hiciera el sunsumcorda, puede encontrar soluciones para mejorar la situación de un negocio que sin publico al paso lleva demasiado tiempo en pérdida continuada.

No me aparto que es bueno un cambio de imagen, en la medida de lo posible,  lo mismo que tenr tener un mayor orden en la colocacion de los productos a expender,  que decir de una carteleria atractiva, y por que no incluir ofertas con unos precios más competitivos, pero de que servirá dejar aquello tan brillante  como un “jaspe”, y depreciar los articulos,  en acciones esteriles, ya que sin público no hay paraíso. Ahora las voces claman nos engañaron.

Le he permitido por el cariño que el vínculo que el compadreo me permite,  por unica vez, y sin que sirvas de precedente, que tome alguna iniciativa de las ideas que quiere que ponga en practica. Nada nuevo, pero al menos le supondrá una gratisfación en su meritoria ayuda, equivocada, pero de agradecer.

Dispuesto a la tarea llegó muy temprano y con gran disposición, y  a nada comenzó por ordenar el papel, retirar las cajas,  tirar la basura, ayudarme en colgar los jamones,  limpiar las bandejas, y demandaba hacer mas cosas, ni quer decir tiene que con su entusiasmo a sacado brillo a un acero inoxidable que se oxida, y a tratado de dejar transparente unos cristales de baja calidad  que se enturbian con solo mirarlos.

Me ha sugerido algunas cosas que no tienen ninguna importancia y si le hago feliz, lo mismo las llevo a cabo, como por ejemplo colocar precios en nuevas tablillas, o retirar algún que otro objeto, que lo mismo estaría mejor fuera de la vista.

Se ha marchado feliz, sin duda el, que viene del mundo de la televisión habrá percibido que esto no es una ventana que entra en los hogares , por mas que le llamen caja tonta, esto en algo que necesita una puerta para que llegue el publico, y que permita dejar de hacer el tonto,y que la caja sea lista, pues esos diez metros  que existen para llegar a la puerta que desvía el publico hacia otro lugar son los que diferencian la ruina, del buen negocio,  lo que de toda la vida ha producido una enorme gratisfación, (que no es moda gratuita) mientras nos llega, con la puerta una gran satisfacción.

 Mi compadre lo mismo hace un reportaje y lo cuelga en Internet, y con suerte los responsables………quien sabe. Lo ven.

Sevilla a 26 de Diciembre de 2012

Francisco Rodríguez Estévez

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