lunes, 3 de diciembre de 2012


El estigma

Después de permanecer dos años con la herida abierta, que ya me hubiera gustado que hubiese sido puerta (mas que esta sangrante ubicación) en la que la suerte, la mala suerte, (imagino que también hubo  algo mas) hizo de las suyas, y mira por donde los que si me imaginaba que podían hacer algo, pues como pueden ver si viene por lo de la Encarnación, no hicieron nada al respecto, acaso no hagan nada, y posiblemente se desconozca cuando harán algo, que seguro acabaran haciendo.
El colgajo cerrado en falso, duele a la vista, pero acaso mas preocupa ( o al menos debería de preocupar a los responsables) que el publico tenga que sufrir diariamente  la guasa, la broma, y la tontería del alemán con tanta curva y contra curva, buscando en la piel del metacrilato  aunque sea un resquicio para poder acceder, o  para poder salir del laberinto, pero ni lo piensen, la sensación es tal, que todo indica que no fuera con ellos, que la cosa esta en el alero, ni tuya, ni mía, y mientras la gente sigue buscando la puerta. Resulta que por el tiempo transcurrido, y no haber tenido el tratamiento adecuado cual pudiera ser la leve rectificación del perímetro, la modificación de un par de paneles de metacrilato, y  llevar a cabo la  instalación de la puerta sostenida en un marco de perfiles de aluminio, algo tan fácil que nadie se explica tantos sueldos, todo está como el primer día, y demasiadas cosas por rectificar.
En cambio, gusta tanto las autoflagelaciones, que  la puerta inexistente convertida en  el estigma  de la Encarnación,  por aquello de que en lugar de meterle mano, se hace ideal para meterle el dedo, será como la marca dejada por la mala praxis del medico de los doce años rayando con el capricho, la ocurrencia del berlinés del concurso,  y casi lamiendo el absurdo de la obstinación del famoso dúo nomadejadohacemosloimposible, o tal vez del celebre hacemospoimposiblenomadejado, por lo que esa inequívoca señal del estigma lo que permanecerá por todo el tiempo, del uno por otro, hasta que hagan la puerta, en la trasparente superficie.
Sevilla a 3 de Diciembre de 2012
Francisco Rodríguez Estévez

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