sábado, 8 de diciembre de 2012


22 Oct 2006 
>Ídolos<


>Nada por aquí, nada por allá. Se puede mirar, y no ver nada, e incluso no ver nada, porque se mira hacia otro lado. De puede decir mas fuerte y mas alto, aunque lo sensato sea callar, no en vano el silencio es una disciplina, un voto, pero esta facultad natural del habla, solo se aprende por el oído.
>Se le llamó milagro, (como al alemán), al paciente y arduo trabajo de la educadora que consiguió, sacando del limbo de su aislamiento, hacer hablar a quien luego seria famosa escritora, pues nacida ciega, sorda y muda, evitó con su perseverancia que su pupila, Helen Kéller, quedara convertida para siempre en un ser animado, privado del conocimiento y de la comunicación, desvalido e ignorante. Este éxito conseguido, sin duda fue el premio a la tenacidad, tanto por querer oír, para hablar, como hablar tanto que, hasta desde la sordera se pueda oír.
De haber permanecido en el limbo, lugar que ni se siente ni se padece, ni se habla, ni se escucha, ni se ve, pues solo se espera, como órganos en vasos canopos, la llegada de un fin tan anunciado, como desconocido, no hubiera sido posible la aportación que dejo a la Humanidad, para el entendimiento de tantas personas, que sin estos, hubieran tenido poco menos que un tratamiento animal, por su desconocimiento.
Aunque el limbo ya no existe, la callada mariana permanece en el, esperando como alma en pena, pues de nada le sirve ese síndrome Sullivan que aparece en las generosidad de algunas gentes, no en vano es ciudad tanto de sueños, como de personas, para que cuando quiera abrir sus ojos que nos ven, al menos lo haga sin el sobresalto del susto, debido a un zarandeo de espantos, para su corazón.

En otra cultural, la trilogía es lo inverso. En la de “los micos”, que vuelve a representar, esta vez como primates, tomando forma animal las personas, como referente de estas, que no quieren oír, ni ver, ni decir nada, tal vez sea por lo que en esta le quieran construir un icono “micologico”, un hito que marque el tiempo donde ni se ve, ni se oye, ni se habla, tiempo de sueño, para que el susto, al menos, sirva para quitar el hipo. Francisco Rodríguez Estévez

Sevilla a 22 de Octubre de 2006

Dia de San Heraclio. Como Fournier

 

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