+Para dos años
Justo para cuando dicen que se va a acabar el mundo se
cumple el tiempo que nos acerca a la “llegada” de la Encarnación , para
iniciar, una vez mas, pasada la “Esperanza”, un nuevo ciclo, precisamente donde
nos metieron, hace ahora para dos años,
una vez que fue completado el ciclo de
pupa, estado provisional que en la metamorfosis de la Encarnación , después de
tantos años, no todos los que llegaron pudieron completar.
Para dos años, un largo tiempo de permanente desesperanza, en el que siendo la
esperanza una puerta abierta, nos
demuestra que solo un capricho, pudo hacer que esta fuera inexistente.
Dos años en los que el sueldo no alcanza para dejar el trabajo,
y el trabajo, poco trabajo, desgasta mas la mente que el cuerpo, por mas que este
se mereciera mejor salario como para que dejara de ser el trabajo una
necesidad.
Acaso lo del fin de mundo no
sea algo que suceda, aunque lleve todas las papeletas del vaticinio de
los mayas (que acertaban tela marinera) y lo mismo la crisis que nos tocó en
suerte, no dure tanto, ni tanto como pensamos, aunque un poco mas, de lo que
nos pronostican los sesudos economistas, esos que ahora todos sabían perfectamente, desde no se
sabe cuanto tiempo, lo de la burbuja, y lo de Zapatero, pero sin avisar. Por
eso lo de abrir una puerta en la
Encarnación es algo que hace falta y , como consecuencia de
la deficiencia, como que se ha dado cuenta todo el mundo sin necesidad de que se
acabe, ni de ser maya, ni ministro de hacienda, por no decir irresponsable.
Para dos años, y seguimos sufriendo la heredad que nos dejo el
doctor Sánchez con sus diagnósticos de cuchufleta, para dos años, y las cuentas
de encaje bolillo que hizo el delfín castigado, no quedó para puñetas, si acaso mas que pico de
lagrimas, de pañuelo besamanos. Para dos años sin de Celis, y sin puerta, ya sea de escape, o de seguridad,
como puerta de Celis, mas madera. Los mismos años que hace que no aparece, que
mas parece que le perdimos, quien puso broche de oro a lo de la Encarnación , pues de
el nos dijo el medico, en arenga de
carteras negras, que era la única persona capaz de acabar, siendo el tercer
hombre, lo que era imposible, entonces el pequeño Rey se hizo grande, efímeramente
grande, mas madera. Llegó la
Navidad , al son de batucadas.
Para dos años, y con dos
comicios entre medio, la anterior responsable, que tanta satisfacción sentía
por aquello de que estando en su mandato este tradicional mercado de la Encarnación volviera a
abrir sus puerta, (cabe pensar que ni sabia que existió una eterna
provisionalidad) pues, como no se si pagará la cuota de afiliada, pero desde
entonces no ha vuelto, ni para entregar propaganda electoral.
Para dos años, y ni con los nuevos cambiaron los tiempos,
mas parece que hoy fuera ayer, y lo
mismo mañana es hoy, pues algún día será
ese mañana al que remiten todo lo que piensan
que pueden hacer hoy, y puede suceder, que entre el fin del mundo, la jubilación
en puerta, y la puerta, automática, naturalmente que una vez que llegue la Esperanza , nos vendrá el
Adviento, con animales, como siempre, y después las doce campanadas, con uvas o
con pasa, aunque sean higos, que en sus golpes de despedida nos dirán que este
por fin lo hemos acabado, y mira que ha sido malo, y llegaran los Reyes Magos,
los de Oriente y los nuevos, Holanda ya
se ve, como concejales prometiendo salidas, cuando lo que se le pide es una
puerta, solo una puerta. Para dos años y tengo la impresión de que no se
quieren enterar, ye-ye.
Sevilla a 17 de Diciembre de 2012
Francisco Rodríguez Estévez
No hay comentarios:
Publicar un comentario