viernes, 21 de diciembre de 2012


Fin del mundo

 

La certeza de la predición no estaba en acertar que finalizaria lo que llamamos mundo, así tal como el pecado capital, en igual caso tan pecador, que fuera sido el capital que se acabó con  las imposiciones preferenciales, estas sin aparecer, pues con toda seguridad, hará que se le acabe la vida a muchos, y algunos más, no volverán a ver la tela, salvo en el sudario para salir de este mundo. Todo un negocio, bancario. Mundo mudo, como carne, como mundo, como como, como demonio sea, que se me explique como se come esto arroba punto com.

Lo que no tenia dudas, ni controversias, pues se advertia claramente que lo de las setas era negocio-negocio, por eso, cuando las cuentas oficiales que presentaron en el encaje de bolillo financiero concursal, todos los pujantes, es decir, los economistas de las distintas empresas que realizaron ofertas para adjudicarse (en principio la construcción) era de notar, que  hicieron las suyas,  cuentas y cuentos ern particular, pero algo pasaba cuando no solo la construcción, si no también la explotación,(dos en uno, como los metros en la Encarnacion), quedaron adjudicados al alimon, por lo que apareció el logico enfado general del resto de los ofertantes, (tu te callas) por que  una vez rabiertas la plicas concursantes, esta oferta, que ni cumplió los plazos, y ademas triplicó los costos, resultó que fué la elegida por el jurado competente en adjudicaciones de obras, por aquello de que era la mejor oferta, la mas económica, y la que llevaría a su realización en el menor tiempo, acortando los plazos haciendolosimposibles punto com.¡Que caro cuesta ahorrar!

Todo eso ocurria cuando ya se tenia conocimiento de que el capricho alemán, palmas para las orejitas, era totalmente imposible de realizar.

Fue poco después, cuando el lapsus ligue del delfín de las sinergias, ahora fuera de ambiciones y entregado a las místicas, que acabó por definir publicamente un nuevo material para las setas de la Encarnación, la madera metálica, y ahí acabo su flor.

Cuando apareció en escena, su sustituto, y el pegamento no estaba inventado todavia, la madera no se encontraba en Finlandia,  pues aguardaba en un puerto de Alemania a que se le remitiera el importe, lo que evidenció que las palabras, de quien pudo ser y no fue, que también decía palabras de patas cortas, mas madera. Quien espera lo mucho espera lo poco,frase de despedida, mas madera, y se fue, pues era imposible hacerle esperar ni minuto mas, cuando se le acababa el mundo.
Con los modificados que se tuvieron que realizar para inventar nuevas setas, se dieron, en el tiempo trancurrido, dos tipos de cimentaciones, una la prevista para el gran aparcamiento con una placa armada de gran profundidad, algo así como para cinco pisos, lo que vendría a suponer una capacidad superior a los seiscientos coches. Aplauso para las orejitas. Pon, pon, dinerito para el zurron.

De tanto aplaudir se diría que parecian fidelísimos epígonos, palmeros de toda la vida provisional, en un mundo que se acaba, como la carne si llegas tarde, mas que "probesitos plaseros" esos que llevan tantos años sufriendo, y hay que tratarlos con mimo. Palabra medica sin análisis de orina, vaticino de buen cubero. Pronostico de dos metros. Será por hablar.

Luego vino la cimentación de los pilotajes para destrozar el pasado, y la consolidación de los anclajes del muro pantalla, varios meses después del tiempo recomendado para llevar a cabo esta operación de afianzamiento, pues se había llegado el punto de que con los movimientos  podían originar en el futuro fisuras y filtraciones. Más dinero para la bolsita. Ante la duda, no hubo otra y dos enormes zapatas, tamaño piscina olimpica, finalmente cimentarian los fustes macizos de epatante cubierta.

En esa fecha estaba, consignado en el pliego de condiciones la finalización de la obra, y  aun se encontraban, los de las cuatro piedras y un plumero, buscando una paleocristiana. Se jodieron los aparcamientos.
Los placeros guardan silencios sepulcrales en su eterna provisionalidad, pues aun faltarían  cinco años para el fin del mundo, y tres para la inauguración de la fase del laberinto, y cuatro para la recepción de la polietapica obra, y la madera en los trailers.
Con la llegada del fin del mundo, aun saltando cuando menos cinco años de avatares en lo de la Encarnación, incluida las penalizaciones, las fotovoltaicas, la sostenibilidad, el mirador de ballenas, y las vistas socializadas, la subvención, y el Planetarium, sin olvidar la rampa a ningún aparcamiento, la que por seguridad hizo que en Sevilla, adelantándose en los efectos solsticiales, hizo que los reyes magos, aquel año, llegaran por poniente, tal que vinieran, tal como ahora se interpreta lo escrito, por donde la torre de las sombras, gnomon caprichoso del doctor, un poniente sin entrada ni salida, y así no hay manera de que pongan la puerta en la Encarnación aunque fuera para que entre el fin del mundo, o el año nuevo, o se vaya la crisis, o se aclaren las cuentas, pero cuando menos lo mismo entra el publico y la calle desierta se hace bullicio, y no por eso se tiene que acabar el mundo con lo de las setas, donde como mucho hace ídem que se acabó el dinero. Incluido el de la puerta.

Pues como no se ha acabado el mundo, ahora mismo me voy para Pumarejo, a la zambomba, que esto si puede ser que se acabe como sigan poniendo puntales en la casa.

Sevilla a 21 de Diciembre de 2012-  No se a ustedes, pero me hacia ilusión ver como se acaba esto. Francisco Rodríguez Estévez

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