domingo, 11 de diciembre de 2011

Otra suerte

La nostalgia

Acaso el tiempo pasado fue mejor, o al menos eso parecia, pero en este pasado tiempo decontinua mania por cambiar la fisonomía existente de la ciudad callada, como quien cambia de parecer, como que cuesta, mas aun al verla en lo resultado obtenidos, cuando se pretendía que esta tuviera en la actualidad mejor aspecto, pero mas parece, que menos se parece a ella, es como si hubiera perdido la señas de identidad, acaso se la han quitado, de su propia esencia.
A que negar que muchos espacios estaban degradados, e infrautilizados, pero lo fueron sin duda por la mala gestión de los municipes que fueron pasando como el tiempo, sin mayor preocupación, y el abandono en la desidia que los propios vecinos tambien, con su silencio, fueron causando.
Es evidente que aun siendo las comparaciones odiosas que cuando se compara, por ejemplo, la plaza Nueva de antes, con esta que vemos, me inclino mas por aquella, sin descartar que el motivo debe ser por la nostalgia de una infancia lejana.
Por suerte no todas las plazas sevillanas tuvieron que padecer el furibundo ataque de modernidad, y es evidente que plazas como la Plaza del Museo, Plaza de Pilatos, Plaza de la Magdalena, Plaza del Triunfo, Plaza del Duque de la Victoria, Plaza de San Pedro, Plaza de la Gavidia, plaza de los Terceros, Plaza de San Antonio, Plaza de las Mercedarias, Plaza de Santa Ana y algunas mas, se conservaron y tuvieron otra suerte, por suerte, mejor que aquellas que se modificaron a capricho del momento, casi siempre empeorándolas, como la Plaza de San Lorenzo, Plaza de Pumarejo, Plaza de la Alfalfa, Plaza de las Pescaderías, Plaza de Molviedro, Plaza de San Juan de la Palma, y aquellas otras que como la plaza de Ponce de Leon, hoy terminal de autobuses, que junto a la Plaza de la Encarnación, y Alameda de Hércules, dejaron de ser tal como las conocimos, antes de su degradacion, y por la acuacion llevada a cabo para recuperar los espacios perdidos, quedaron transfiguradas, para convertirse en lugares muy distintos a los que fueron.
Por todo ello lo que cabe pensar, que se tuvo prisa en algo tan lento que durante muchos años no llegó a avergonzar a nadie, por lo aunque en esos caso se le nego el rigor, a menos dejó la enzeñanza de que siempre hay que ser muy cuidadoso con los espacios que recibimos, y aunque es cierto que podemos llegar a acostúmbranos a contemplar lo realizado, por mal que nos parezca, y con la seguridad de que en el tiempo llegaremos a hacerlos propio, ¡faltaría más! incluso en el uso, pero no es menos cierto que también se podía haber evitado el travestimos, incluso, existen casos en losque hubiera bastado con mas limpieza y cuidados, no exentos de vigilancia, para su plena recuperación. Icono para todos, gustos para todo.
En lo de la Encarnación, “Transgresora, zarandeante, vanguardista, moderna, costosa, e imprevisible”, por el momento llaman éxito a la animación que ha surgido en la zona, antes declarada saturada de bares y ruidos, en la que mas de quince establecimientos copan el espaciode veladores para fumadores.
Por el momento se mantiene las expectativas de que la calle cubierta pueda llegar a ser una “prolongación de la 5ª Avenida de Nueva York”, por la implantación en los locales de los mejores establecimientos, aunque, mientras esto sucede, se permite que se ofrezcan mercaderías artesanales, al mejor estilo tenderete.
En lo de la Encarnación donde otros ven el papanatismo y la patochada, lo mismo sirve para eventos, que para indignados, donde lo publico se hace privado, donde los cacharritos infantiles ocupan el lugar de ocio y cultura que le imaginaron en Berlín, donde las escalinatas, que son tres, acoge cabeceras sindicales para el inicio de las marchas de protesta, donde el pasado imperial de la Colonia, y el refinamiento de siete siglos de turbantes se mezclan, con los olores del garum y las filtraciones. Allí, donde el mirador se hace camino de hierro, para cuando recalentado por el Sol, en lugar de acumular su gratuita energía, ponga a prueba de quemaduras a los visitantes de pago, el llamado mercado pasa desapercibido.
Sevilla a 11 de Diciembre de 2011-
Francisco Rodríguez Estévez

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