lunes, 26 de diciembre de 2011

Ora et Labora(ble)

Días de Sol

Desde el mismo día en que a lo de la Encarnación empezaron a ocuparlo con el sevillanisimo sistema del tenderete, criterio tantas veces utilizado, y con gran éxito durante muchísimos años en las extintas veladas de antaño,parece como si el buen tiempo, entiéndase soleado, se haya instalado en este mes de Diciembre, para que ni una sola gota de agua haya mojado los deteriorados losetones de granito, salvo las que se escapan, de vez en cuando, del sistema antifuego de las setas, que con su insólito chaparron artificial inunda la parte de poniente levantado a los clientes de los veladores cuando está tomando su desayuno, para delicias de las insólitas filmaciones con móviles.
Vuelvo, en este festivo pasado a laborable, porque no es cuestión de perder ni un solo minuto de los logros obtenidos por los trabajadores de otros tiempos, a pasear por el centro de la ciudad, hoy convertida en laborable con las tiendas abiertas y en el gran almacén, lleno de publico, aunque no todos compran, que me permite observar algunos articulos y sus precios, y fijarme en detalles, como para que al mirarlos, de alguna forma, aprender, pues nunca viene mal hacerlo.
Con no poca dificultad la dependiente, trata de cortar finas lonchas imposibles en una paletilla demasiado fresca, la cliente parece encantada. Que suerte.
En el mostrador, la lechal con nueve euros de diferencia, y como si nada, hacen cola.
Salgo de allí, y me acerco al nacimiento de los transplantados. También al de Santa Rosalía, donde la imagen de la venerada Santa Clara se escenifica postrada a los pies del niño en una iconografía tela de extraña, y que según me cuenta la monja portera era una visión que tuvo la propia Santa.
Los presentes que se ofrecen a los pies del altar son de plástico,y le he dicho a la madre abadesa que para el próximo año le prometo que se los enviare naturales, para que cuando pase la Epifania se lo puedan comer en la congregación.
La madre superiora me invita a que suba al piso de arriba donde se ha montado una exposición de niños Jesús, y vírgenes, la mayoría son tallas de pasados siglos y que pertenecen al patrimonio conventual.
Al bajar, otro tenderete de deliciosos dulces esperan ser vendidos. Dulces de convento.
Hay mucha gente en los tenderetes de la Plaza del Duque de la Victoria, aunque pienso que no es lugar apropiado, por mas que llevan tantos años los vendedores instalados, que imagino que será difícil de retirarles de ese privilegiado sitio, pero lo mismo, o incluso mas, eran el Jueves y la Alfalfa, y ya ven.
Todo cambia. Llego a lo de la Encarnación.
El lugar esta repleto de personas, por mas que tanta modernidad, por suerte, pase tan inadvertida, en esta ocasion por todo lo que ofrecen en aquellos tenderetes que colmata la plaza,por cierto mal aprovechada por sus destartalados parterres, (pienso que también algún día los quitaran). Mientras, en la escalera Sur se ocupan sus escalones como una grada ideal para tomar el Sol. El Solarium de Sevilla. La verdad es que son días de Sol, este lunes también.
Los camellos, y los ponys, hacen la delicia de los chiquillos, largas colas de espera, para llegar a montar en uno con toda la familia detrás, no vaya a caerse.
La calle cubierta, que ahora la llaman mercado de la artesanía, me da la impresión de que va perdiendo fuelle, y lo de arriba, aparece vacío pues, es tan amplio, que solo se llena cuando lo toman los indignados.
El éxito de lo de la Encarnación, ha estado sin duda en los días de Sol, pues si otro tiempo hubiera sido, ni camellos, ni caballitos, ni chorizos, ni libritos, ni quesos, ni la Virgen con el niño, todo hubiera sido distinto, y ahora estariamos hablando del gran fracaso. Dias de Sol, y la Encarnacion sin fotovoltaicas.
Sevilla a 26 de diciembre de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

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