lunes, 5 de diciembre de 2011

Ilustrisima

El directorio

Cada cierto tiempo, suele ser a principio de año, y cuando el Verano, hago limpieza en el directorio. Con una cosa y otra, no se por que causa, se me incluyen automáticamente muchas veces direcciones de personas que ni conozco.
A decir verdad estas ultimas siempre las elimino al instante, y solo conservo las de aquellas que cuando menos se a quien pertenecen.
No se que pasará con los correos que mando a todos. Imagino la suerte de cada uno de ellos al tiempo que los envíos, generalmente y por consejo de mis amigos, con copia oculta. Cierto que cuando el tema adquiere un interés distinto los remitos por grupos según la temática, bien a profesionales de los medios, bien a profesores de la Universidad, arquitectos, en ocasiones a los miembros de alguna plataforma, mesa, colectivo, “ocupantes”, o agrupación cívica, y como no a la clase política, y a los directores de periódicos. En ocasiones en abierto.
Tengo un apartado especial al que llamaría de notables, en el que por su escaso número tengo incluido mas de una congregación religiosa.
Pienso que por la pesadez, y reiteración en los envíos, que ya no es perseverancia, pues en la Encarnación ¡Ay, Alameda!, todo esta perdido, ni puede considerarse aversión, pues todo está aceptado, consumatum est, incluida la modernidad, la vanguardia, y el precio, de que estos llegue a cansar a mis queridos lectores.
Se que algunos me han dicho que lo archivan hasta sin leer, otros que solo los abre cuando el titulo le resulta sugerente. Mucho me temo que, si bien tengo algunos que me responden con alientos de ánimo, algún otro hasta me felicita por el contenido, y que decir cuando viene escrito de un admirado maestro.
Tampoco faltaran aquellos que lo llevan directamente a eliminar, si lo supiera no se los enviaría. Tan solo una vez, una ilustrísima señora tuvo a bien de hacerme llegar que no le enviara nunca mas ningún correos, cundo me disculpé, aclaro que me tenia cierto aprecio, pero que no disponía de tiempo cada día para abrir un buen numero de correos que recibía, llegó a escribir, bellos correos, pero que les hace perder un tiempo que necesita, no obstante, quedó en que le gustaría conocerme y que un día de estos me visitaría. Ni que decir tiene que no he borrado su dirección.
También los hay que cambian de correos como de pañuelo, mal asunto, a estos los borro al tercer fallo.
Ni que decir tiene que en el momento que te resulte molesto me lo haces saber, y de inmediato te elimino del directorio, eso si, al final te perderás el ágape, con abundante jamón ibérico sumunt, que de abrirse la puerta tengo pensado cursarle invitación, incluso a ella.
Sevilla a 5 de Diciembre de 2011
Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: