martes, 19 de agosto de 2014


Al loro
 

Que te aparezca el número áureo, para que lo de la puerta tenga hasta el sentido de la proporcionalidad es algo tan cierto como que mi compadre perdió el panama in ictu oculi, tan solo por no estar al loro, pues fue visto y no visto, a nada que al descubrirse, quien lo diría, lo dejo en lo alto de un banco de los que no hay dinero

Cierto, lo depositó donde siendo un dispositivo sin efectivo y en metálico, que apenas tiene utilidad  salvo para descansar las bolsas, y si se anda mal de remos, quien dice del tren inferior, pues lo mismo que el panamá perdido, puede colocarse el culo, aun con el temor de perderlo, pues no se trata de un empleo.

Hoy he leído que se exigirá prueba de virginidad para contraer matrimonio. Es de temer que los niños a partir de ahora vengan sin padre. De ser cierto, pues estas bromas las cargas el diablo,  ya parece una temeridad que se pida semejante certificado, peor donde lo expedirán, mas, si esto desobedece a la Ley de la paridad,  y averigua luego donde se habrá metido el miembro solicitante, pues la miembra siempre puede ofrecer la rosa, aun rozada con las espinitas del capullo. Sangre calé.

Llegado a este punto vine al pelo lo de la navaja de Ockham, para nada del afeitado, y menos para hacer sangre que a la moza, después de todo, parece que ni le queda velo de comprobación,  pues no hay nada mas sencillo que  para agilizar el papeleo del trance,  justificar que lo que de siempre se supo que no tenia enmienda, solo ha sido un fallo, un fallo, dos fallos, la secuencia seria 3, 5, 8,13, 21, cuestión de numero. Numero áureo, pura puerta lógica, meter y sacar, entrar y salir, abrir y cerrar. Siempre el misterio.

Pasan las horas de este día sin publico,  y apenas hay nada que poder contar salvo seguir al loro por si viene alguien con una puerta automática sobre una carretilla elevadora, y poderle quitar las cajas rojas que, para llamar la atención del publico, coloco sobre el cristal del fanal en el que se encuentra encerrado el laberíntico trazado de una destartalada plaza municipal de abastos.

Siguen apareciendo noticias acerca de los millones de los cursos formativos,  ya no es noticia, la noticia será cuando lo devuelvan, mas los intereses y la multa de los delitos de prevaricación, apropiación de indebida, y otras causas, mas todo puede ocurrir como en lo de las setas que siempre se dijo que se pedirían responsabilidades, y ya ven, ni por mucho que sea pedir una puerta para cumplir con la Ley, parece que fuera con nadie. Responsables anónimos, con nombre, apellidos, y remuneraciones económicas de alto standing. Se sabe.

Ni pensar por un momento que Pacheco tuviera razón pero hay una sentencia de un juez para que el Real Murcia club de futbol juegue en la Liga Adelante, y por el momento le desobedecen.

 Lo mismo en lo de la Encarnación con la sentencia de cómo se he llevado a cabo tal edificación incumpliendo el propio PGOU, y lo de la Ley de Accesibilidad, a estas fechas, ya no es una puerta lo que simplificaría la cosa, como la navaja de Ockham, pues aunque nadie lo crea, que es lo fácil, lo serio, se ha vuelto broma, siempre broma.

Así pues sin el certificado el  numero de matrimonios descenderán, y con ello la demografía, y si bajan el numero de habitantes, menos concejales, menos parlamentarios. Evidentemente se debe de tratar de una broma, como la teobroma del loro.

La propuesta de Julio Anguita, si que me parece que a más de uno se le embolaran las plumas, encrespadas, como loro enfadado, por la rotundidez de la misma y tenemos que pedir certificado de honradez a los políticos.

Aunque por el momento y hasta la presente solo les voy a exigir la puerta, que es de Ley.

Sevilla a 19 de Agosto de 2014

Francisco Rodriguez Estevez

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