viernes, 4 de enero de 2019

jueves, 9 de febrero de 2012


puerta sur

Resultado de imagen de la goleaDA FOLLETO
La equis

Decía mi profesor de matemáticas que la equis era la incógnita y que había que despejarla. Nunca lo entendí del todo, pues cuando llegaba el sábado, nos llevaban a jugar al futbol a Pineda en un enorme campo de tierra, en el que ni de un punterazo con toda mis fuerzas podía sacar el balón del área de castigo, y donde el capitán Balón, responsable deportivo, dirigiéndose a mi, me gritaba con toda sus fuerzas “despeje usted Sr. Rodríguez, despeje usted, que nos empatan”.
Esto ocurría cuando tenia unos siete u ocho años, y debo de decir que nunca había visto un partido de futbol de verdad en mi corta existencia, y ni tan siquiera sabia que el empate era una equis en el pronostico quinielístico.
A salido la golee, ¡la Goleada!, con los resultados de los partidos gritaban los domingo al anochecer, unos muchachos que casi corriendo se dirigían por la Encarnación hacia la Campana, justo por la fachada Sur del mercado, donde la fuente de piedra servia de hábitat a las carpas doradas (enormemente gordas de tanto comer el pan que les echaban), y que en la hornacina central, bajo un Sol refulgente, la diosa Ceres que modelara Vasallo, mostraba sin importarle lo mas mínimo, las dos incógnitas pugnases debidamente despejadas.
En lo de la Encarnación, la equis, tal cruz de San Andrés, ahora cierra la cancela de curva Sur posiblemente para ocultar lo que deja ver las sucias cristaleras del pasado.
Es esta calle de curva a la izquierda, ábside del nuevo templo, al igual que la serpenteante que marca las lindes de lo que llaman mercado, son dos claros ejemplos de la tontería, que ahora se llama también papanatismo, pero que hace poco le decían modernidad, y a su autor el poeta de las ondulaciones.
Trato de despejar la incógnita de la aleatoria colocación de las puertas en la sinuosa calle, y me resulta si cabe más imposible de entender, que sacar aquel balón del área con el tremendo punterazo que me dejó los spais en la rojiza arena de aquel descomunal campo de futbol.
¿Que estudios de matemáticas se precisa para saber que el porcentaje de venta es proporcional al numero de clientes? La lógica dice que las ventas porcentuales exigen que, a menos clientes, mas caro hay que vender para cubrir los gastos, es lo que se llama inversamente proporcional.
Todo es como abrir una puerta en la travesía central. Por ejemplo, mientras mayor sea el número de personas que cada día la busquen, menos posibilidades existen que alguien se preocupe por estudiarle la solución.
Pero que, por fácil que pueda ser abrirla, lo importante no será que lo hagan difícil, si no que la abran, aunque lo hagan difícil.
Tan difícil como despejar aquel balón, que pesaba como si fuera de hierro, con las costuras engrasadas, y el cierre de correas, por más que aquel entrenador físico, te gritara desde la portería, “despeje Sr. Rodríguez, despeje fuerte, saque el balón del área”.
La historia real acaba en que al despejar, aquel balon en juego que ponia en peligro la visctoria, le di al suelo y se me partió la bota por la costura de atrás, quedando los spais enterrados en la tierra y saliendo lanzada como un obús, motivo por el cual no pude seguir jugando, y el delantero que venia corriendo se llevó un buen botazo en la nariz que le hizo sangre, y todavía después de tantísimos años ignoro a cuento de que el arbitro pitó penalty. Sigo pensando que debió de ser para que nos empataran.
Sevilla a 9 de Febrero de 2012
Francisco Rodríguez Estévez

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