sábado, 12 de enero de 2019


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Date: Tue, 11 Oct 2005

Coma

Cuando una ciudad es indolente ante las circunstancias que le afectan, y no tiene capacidad de reaccionar, salvo un leve lamento acompañando las lagrimas de sus silencios, solo cabe esperar el milagro.
Los vellos como escarpia se vuelven al leer las declaraciones de un hombre que súbitamente salió de un profundo coma que le tuvo abatido y postrado, en tan vegetativo estado, por un periodo de cuatro años. Su dolor, expresado en sus palabras, fue que, aun siendo una piltrafa, conservaba la capacidad de pensar y de oír, pero que no podía hacer nada, salvo llorar.
Cuatro duros años sabiendo todo lo que su alrededor sucedía, conocer las vigilias, los cuidados y los desvelos de la familia, escuchar los piadosos comentarios, someterse al aseo intimo y la alimentación nasogastrica saturada de medicamentos en un inmóvil calvario de un tiempo infernal del que por fortuna, gracias a Dios había superado, aunque no le quedaran lagrimas.
Hay ciudades que también lloran cuando el coma de la mala suerte las vacía de almas, y le aparecen las hambrunas que las guerras y las catástrofes les producen. Otras lloran su pretérito porque en su coma consciente mantiene la esperanza de volver ha ser ellas misma otra vez, y algunas que pone los medios para evitar caer en ese estado y dejan de llorar para recuperar el tiempo perdido.
Esta empezó sus lamentos hace cuatro siglos, cuando un ciclo de enfermedades le diezmaron su población, y posteriormente se mantuvo impávida cuando Carlos III la dejaba sin el poder económico de la Casa de Contratación con las Indias.

Resultado de imagen de el roto dibujanteDesde entonces, en un querer y no poder, se mantiene milagrosamente en un continuo lamento de ayes, de ayeres mejores, y llantos por el cierre de sus fabricas, de su industria, sus cultivos y, en una autodestrucción de su pasado, de su caserío, sus cafés, sus tiendas, sus librerías, sus cines, sus droguerías, y sus mercados,mucho me temo que acabará por dejar de ser ella misma para convertirse en un parque temático de grandes superficies que se la coma.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla,10-Octubre-2005

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