Hoy he coincidido en el interior del laberinto con un VIP de
meritos académicos y sobrada titulacion, nada que ver con los que para eso del vip tuvieron que alcanzar la
caoba (que ya tiene merito), y menos aun con los que no existe ninguna manera posible de
que la suelte.
Mirando con el prisma del interés particular de estos, cosa que se
hace habitual en aquellos que toda la fuerza se les acaba cuando se les afloja
el cinturón de hebilla dorada, seria aconsejable que los VIP efímeros deberían, en su tiempo, mas lago
o mas corto, pensar en dedicarse en hacer cosas pequeñas que mejoren la vida de
los ciudadanos, mejor que caprichos, y escuchar
a las personas no-VIP, (que son las importantes) en sus razonamientos,
que lo mismo tienen sentido los argumentos que presentan, y que en muchos casos, al VIP ni se
le hubiera ocurrido.
El VIP con el que me encontré casualmente en el interior de
lo de la Encarnación ,
tuvo a bien comentarme, como si tal cosa, una serie de deficiencias que había observado, en esto
que llaman mercado, o plaza municipal de abastos.
Como no podía ser de otro modo, no me quedó más remedio que
mostrarle, algunas más. El advirtió el mal olor, la mala colocación de las
puertas, y lo sucio del suelo, más la mala elección de los materiales.
Hubiera sido suficiente, pero mientras caminábamos me confesó que había perdido la orientación, pues quería salir por Regina, justo cuando le mostraba la calle anticomercial de los puestos cerrados, y el diseño de vanguardia de colocar las treinta y dos columnas, como treinta y dos verdaderos obstáculos.
Vista la colocación de algunas, hay algunos casos que por inverosimiles, no se
sabe si deberían de haberle retirado licencia al arquitecto técnico, o al técnico
de urbanismo que dio el visto bueno, o al de mercados, por recepcionar semejante
bodrio, y no mirar el Reglamento en vigor, por que ya no hay manera de encontrar a los VIP responsables de una
cosa tan malamente hecha, y además, ya ni son vips, ni na.Hubiera sido suficiente, pero mientras caminábamos me confesó que había perdido la orientación, pues quería salir por Regina, justo cuando le mostraba la calle anticomercial de los puestos cerrados, y el diseño de vanguardia de colocar las treinta y dos columnas, como treinta y dos verdaderos obstáculos.
Aunque en este mercado no aparecen los vips con demasiada
frecuencia, ocurre que cuando lo hacen, mas hacen la vista gorda, y por lo
tanto no pueden ver la necesidad de abrir nuevas puertas, no huelen los desagradables
olores que se generan ante la ausencia de un sistema de ventilación y renovación
de aire, o acaso por un alcantarillado deficiente, y evidentemente no hablan, ni para encontrar
soluciones.
Sevilla a 4 de Enero de 2013 Francisco Rodríguez Estévez
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