El eco
Repitiendo, endo, endo, endo, cuantas veces, eses, eses, eses,
una y otra vez, vez, vez, vez, las palabras se quedan en el aire disipándose hasta
que acaban en el olvido. Y es que en lo de la Encarnación , donde el
polietapico y multidisciplinar hito (lease mojón), caprichoso icono, calificado
de imposible, con previsión de dos metros, llamado a ser nudo de
comunicaciones, intercambiador modal, sinergia del comercio, y otras tonterías,
incluida lo de la prolongación de la 5ª Avenida
de Nueva York, y mirador socializado, además de que le hicieron cuentas que no salen, antes tampoco salían,
ni saldrán en la vida, pues para cerrar el balance de numeros rojos, también hicieron lo que se llama plaza municipal de
abastos, con el argumento sin parangon del cariño, nada menos que para darle la dignidad a los pobrecitos placeros que llevaban tantos
años sufriendo en la provisionalidad de unas chapas tan calientes que ni las gatas
andaban pos su tejado.
Si el capricho fue político, la tontería de la amorfolidad
en cuanto a la sinuosa forma de la planta no cabe duda que tuviera el origen berlines, otra cosa es el
diseño interior y el laberintico trazado de su viario, materiales y pavimentos incluidos, que sigue siendo huérfano de padre.
Pero la gracia teutónica , aparte de modificar las
alineaciones medievales, con una escalera a Poniente, que tomará en las
cercanas cervecerías asiento y acomodo la clientela, no solo estaba en la
ocurrencia de sus peldaños, tampoco en el peligro del agujero lucernario, si no que la
burla, para sus risas, tuvo la épica en la aplaudida barreduela de cristal, donde en lugar
de disponer una puerta, tal como la busca de forma infructuosa el publico, pues
tuvo el ocurrente disparate de colocar una especie de tholos de Mamaria, en el que por
suerte pude disuadir al aleman para que no colocara la fuente bulto que tenia prevista.
Ni que decir tiene que ninguna de las que se realizaron ha
llegado a lanzar ni una sola gota de agua, y los parterres amebas tan
sevillanos no le van a la zaga del disparate.
Y es que el tiempo pasa sin que nada cambie los aaspectos negativos que se observan a simple vista, pues después
de dos años, son muchas cosas que podían haber llevado a cabo una posible
rectificación que mejorara aquello, y hasta algunas mas, como el caso de las
fuentes bultos, se aplaudiría su eliminación.
Los usuarios del mercado, en su mayoría, encuentran que la disposición
de las puertas, por aleatorias y tan falta de sentido, que hacen que estas aun les sea mas
engorroso el transito por el interior de tan laberíntico lugar y es mas complicado cuando
intentan salir, pues lastimosamente en demasiadas ocasiones buscan la puerta donde no la pusieron.
Ni que decir tiene que otro tanto ocurre para entrar.
Coincide las partes contratantes, con los placeros y los
usuarios, que aquello necesita mas puertas, cuando menos una que llegue a la travesía
central. No esta la cosa ahora como para recordar el retorno de Ceres, a un
magnifico emplazamiento, y lo mismo acudia a su regazo mas publico para beneficio general..
Puede afirmarse que seria totalmente desacertado llevar esta puerta al lugar
elegido por los placeros, que ya esta bien de caprichos, pues debe de considerarse que el publico que procede
de Regina- Alcázares, encuentra en primer termino la puerta llamada Norte, entrada de la
sinuosa calle, con cuatro puertas al mercado.
Si esta se abriera, seria sin tener al menos un estudio previo de su optimizacion, ya que en ese lugar que coincide con la calle interior del mercado, resultaría, que restaría la afluencia existente por la calle cubierta, llevando al posible publico dividido hasta una calle del interior de la plaza de abastos donde menos establecimiento tiene abierto, y por donde la mayor parte de su longitud, es decir, a todo lo largo de la calle en su parte derecha, como que no hay puestos, y lo ocupa una larga pared de color gris, y las distintas puertas a los servicio, cuarto de contadores, de basura, incluso un extraño tacón en el que permite iniciar los perfiles de la circular forma que forman la lagrima de cristal junto a la salida de los contenedores.
Si esta se abriera, seria sin tener al menos un estudio previo de su optimizacion, ya que en ese lugar que coincide con la calle interior del mercado, resultaría, que restaría la afluencia existente por la calle cubierta, llevando al posible publico dividido hasta una calle del interior de la plaza de abastos donde menos establecimiento tiene abierto, y por donde la mayor parte de su longitud, es decir, a todo lo largo de la calle en su parte derecha, como que no hay puestos, y lo ocupa una larga pared de color gris, y las distintas puertas a los servicio, cuarto de contadores, de basura, incluso un extraño tacón en el que permite iniciar los perfiles de la circular forma que forman la lagrima de cristal junto a la salida de los contenedores.
Si por el contrario la puerta se colocara en la travesía central, donde al parecer los
comerciantes no quieren, (vaya usted a saber por que motivos), y la parte contratante
responsable no quiere llevarla a cabo de forma impuesta, tal como si fuera manu
milirari, y la otra parte contratante, pues con tantos gastos de mantenimiento, pozo sin fondo, y sin que le salgan
las cuentas que le hicieron acaso por no hacer las propias, que ya resulta extraño, como que no quiere gastar dinero en un negocio sin rentabilidad, por lo tanto sin exigencias, aun sabiendo el beneficio que puede aportar esta puerta, por
cuanto la afectación directa llega a mas de un tercio de los comerciantes, y aunque fuera simplemente
por complacer al publico, ese que lleva mas de dos años intentando entrar por un lugar
que se hace mas lógico, e incluso para cruzar la plaza, por la travesía central, solo
me queda que el eco pueda alcanzar, y eso espero, al sentido común, y crean que
no es algo ni tan siquiera costoso, ni difícil, pero en esa estamos, para que cuando lean
esta se hagan eco, pero antes, para aquello que no conocen el sitio, me gustaría
que vinieran a la Encarnación
y lo verificaran, aran,aran, aran.
Sevilla a 23 de Enero de 2013
Francisco Rodríguez Estévez
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