domingo, 6 de enero de 2013


Por el Poniente

Cabía la posibilidad  de que siendo el vínculo amistoso tan leve, que apenas existiera el compromiso suficiente en los responsables como para hacer algo al respecto. Sin duda el ofrecimiento estaba hecho, pero el hecho ya me está pareciendo que ofrece serias dudas. Decididamente aun confío que llegue la puerta, ya sea desde Alemania, o desde la carretera su Eminencia, pues es algo tan lógico que no se puede renunciar nunca el conseguirla, sepan que incluso se la he pedido al Rey Gregor, el de los evangelios apócrifos, pero me temo que tenga el mismo efecto como si se la hubiera escrito a la atención de Artaban.

Si en esto hubiera estado las manos mágicas de mi compadre, el truco de la puerta hubiera dejado de ser una ilusión, y en estas fechas, el paso de la gente hubiera generado el efecto abracadabra y el cierracadacierra, que es para lo que están las puertas.

Con un error de siete años en el calendario desde el siglo V, ahora resulta que los astrónomos, astronautas y astrólogos que no se pusieron en marcha  en su momento,  pues según se sabe que de haber sido así entonces hubieran estado a tiempo en el lugar que se le esperaba. Viene a repetirse. Es como lo de la puerta, la de Poniente,  que cuando se dieron cuenta de que faltaba ni siquiera miraron, y estos continuaron un camino, para que al final, crearan aquella fecha, que celebramos como de las bromas, y resulta ser harto sangrante.

De ahí, que para seguir el rastro de Cimeria, no dudaron en dejar descolgado al distraído
Artaban, y se presentaron ante Herodes, que de ahí viene lo de la puerta.
Como todos sabeis, la Encarnación estaba en el pesebre de madera (como lo de la Encarnación) mucho antes que llegara la modernidad, y por la información existente no se descarta que entre animales.

Sevilla a 6 de Enero de 2013

Francisco Rodríguez Estévez

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