El ternero
Este es el famoso jabalí del mercado de Florencia. Ni que
decir tiene que es mucho más feo que un ternero que puse delante de mi puesto en la Encarnación , junto al mostrador y que hace las delicias de los pequeños.
Siempre en estos casos nos aparece alguno, y en ocasiones, todos esos
vicios que llaman capitales, por lo del latín “caput”, que no es abatido, ni
grogui, ni mucho menos acabado, si no que viene de “capite” cabeza de toda la
vida, como lo de arriba de las columnas. Vicios de pensamiento. Ganas de joder. Y es entonces que aparece siempre quien no se
sabe ni con que criterios, pero que, acuciado por su propio capricho, le urge hacerse notar y no quiere que
allí luzca la preciosa figura del ternero. En Florencia el público deposita
monedas en la boca de la bestia, con los
argumentos de la suerte, de la buena suerte.
El ternero es de poliéster pero tiene un punto, a pesar del
deterioro de los años, que hasta parece que estuviera vivo, con anterioridad
estuvo en la calle, era un reclamo de un restaurante, ni que decir tiene que en
Argentina existe un asador llamado “siga a la vaca”, en la que dos figuras
enormes y destartaladas que mas que vacas parecen cualquier cosa, donde los
comensales acostumbran a fotografiarse. Y no puede haber cosa más fea.
Suele ocurrir, que cuanto mas se ignora, mas alegremente se
emite un parece equivocado, pues nunca se puede entender que a un elemento de
publicidad, de reclamo, de llamada al publico, como puede ser la figura de un ternero en tamaño natural, que sea la responsabilidad en la gestión
la que considere que sea un obstáculo. Hay que recordar que en la desértica calle, el pequeño
ternero se está convirtiendo en un atractivo desde el exterior, y son muchas las
personas que se sonríen al verlo tras los cristales, es cierto que también alguna se ha llevado un
susto por ser algo inesperado, y que algunos niños se muestran temeroso, que no
se si vieran el jabalí, de Florencia, o la destartalada vaca del la mas famosa cadena
de restauración de Argentina, que mas parece diablo. Mi ternero pertenece a la hermandad
de penitencia, y forma parte del Belem, solo lo tengo en custodia, pues a nada
que llegue Diciembre volvera con el pastor.
Tenia pensado colocarlo en el huequesillo detrás de la
columna, donde no se me quita de la cabeza, que si la puerta que se instale es la
puerta curva, cabria perfectamente la escultura de la diosa Ceres, un lugar en el al menos serviría
de aviso para indicar a los clientes que allí no existe la puerta que buscan, pero por el
momento no me queda otra que ante la admonición verbal de la autoridad, y temiendo las
consecuencias, que por el momento lo mantengo delante de la vitrina,esa que refleja los
azules cielos de estos soleados días con los que se acaba este mes de Enero,
sin que ningún responsable de las partes contratantes haya girado visita, según
agenda, ni tenemos la menor noticia de que la puedan llevar a cabo algún día de
estos.
Sevilla a 30 de enero de 2013
Francisco Rodríguez Estévez
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