A la sombra
En la fría mañana de este lunes de Enero, un grupo, pequeño
grupo de personas mayores, muestran su indignación en la sombra de las setas. Lunes
a la sombra.
Buscan la adhesión de todos aquellos, se supone que son la
mayoría de los pensionistas, todos los que piensan que pueden tener sus mismas
preocupaciones. Cosa inútil. Reivindican, como abuelos-flautas, derechos que los poderes les sustraen, acaso una entrada para el dialogo inexistente, como
la puerta, en lugar de la agresión, la detención, y la sanción desproporcionada
con amenaza de embargo.
Parece que su
indignación se debe a la falta de salidas, con las pensiones recortadas, la
medicina recortada, recortada la educación, y recortadas la asignaciones que
por la dependencia muchos necesitan, incluso esperan, con menos luces que sus
nietos, la solidaridad de la sociedad, que sea capaz de abrir esa puerta al
dialogo, a la compresión, al sentido común, en un vano intento de cambiar la
cosa, la crisis, la corrupción, los abusos, y otras mamandurrias, y en un
idealizado nuevo país vivir del trabajo, en vivienda digna, y con sueldos máximos
razonables, y libre de especuladores, bancos malos, y otras alimañas.
Es difícil que se abra esa puerta cuando por el número de
solicitantes apostados en la escalera esperando un rayo de sol que engañe al
parasol de las sombras, es realmente insignificante.
El planteamiento parece justo, y todos los abuelos deberían
de formar un grupo lo suficientemente amplio, como para que los poderes se lo
piensen en sus actuaciones. Pero es que la alternancia en eso parece más de lo
mismo.
Puedo entenderlos, pues llevo demasiado tiempo , primero
solitando, luego pidiendo y mas tarde exigiendo que se abra una puerta en esta Encarnación,
y para nada los responsables actúan, mas cuando comprueban que los posibles
afectados, les importa un pepino que se realice esa puerta de entrada y salida.
La soledad de la sombra.
Igual sucede que no hay manera de colocar una nueva puerta, evidentemente
automática, pues ni los clientes hacen llegar a donde corresponda, las
deficiencias que en esta Encarnación, de grandes sombras. Es más que lamentable
que la responsabilidad escondida en la mayor de las sombras tenga la más minima
intención de atender a estos abuelos, manifestantes en la Encarnación , lugar
inhóspito donde vienen demostrando su incapacidad para abrir ninguna puerta. Lo
mismo dentro de nada los vemos en la sombra, ………pidiendo un voto.
Sevilla a 21 de Enero de 2013
Francisco Rodríguez Estévez
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