lunes, 31 de enero de 2011

Como si nada ( Julio de 2006)

No cabe duda de que el tiempo lo modifica todo. Desconozco por cuanto salio definitivamente la construccion de la facultad del proyecto,solo se por la prensa que tuvo sus mas y sus menos, como toda obra, creo. No obstante casi cinco años despues lo de la Encarnacion, si que incrementó sus costos hasta una cifra aun desconocida, que acaso nunca se conozca, pero que entre lo que se abona en metalico y lo que se hace en especies, lo mismo puede rondar por los 150 millones de euros, acaso, para una facultad más, y quien dice facultad, dice residencia de mayores, que uno va teniendo una edad, y perdiendo "facultades". Pero como si nada.


Las Facultades
Acabo de enterarme por la prensa, que el edificio proyectado por el estudio de los arquitectos sevillanos Cruz y Ortiz, de prestigio internacional, destinado a la nueva Facultad de la Ciencia de la Educación, con una capacidad de más de 5000 alumnos, está presupuestado, nada menos que, en menos de un tercio de lo que nos costarán las amorfas setas, (pues aun no se sabe como quedaran), que premiaron para lo de la Encarnación. Una plaza de abastos, para redimir a sus vendedores de los treinta y cuatro años de desatención municipal, y la recuperación de una “aparecida” Hispalis.
Este sugerente dato, 22 millones de costo, debe de hacer pensar que si no hubiera sido mejor emplear los 68 millones que de momento se llevan las certificaciones de lo de los champiñones, en crear tres nuevas Facultades en esta dormida ciudad. La Facultad para preparar a los ciudadanos que encuentran acomodo en lo publico, para que además de atender las demandas ciudadanas, puedan reintegrarse, tras su abnegado servicio, con merecido reconocimiento después de su cese.
Facultad para sensibilizar a los ciudadanos de lo supone conservar, proteger, ampliar y enriquecer, el legado histórico, cultural, comercial, urbano y paisajístico de esta ciudad, y por ultimo la Facultad de amplitud de miras para los masterizados y notables que lo hacen para el lugar contrario donde se encuentra el meollo de la cuestión.
Con tanta preparación sería difícil que esta ciudad sufriera el llamado síndrome del desatino.
Ni que decir tiene que el alto coste de lo de las setas, anagrama del desacierto, aparte de no solucionar el ancestral problema a los vendedores de la arrinconada plaza de abastos provisional, 34 años de condena le contemplan, queda agravado al quedar su incierto futuro en manos de los inversores, que vete a saber si vendiendo huevos, aceitunas o chopped, resultará posible pagar el alquiler resultante.
Peor lo llevaran los vecinos que puedan permitirse, al precio de la vivienda y sus alquileres, gozar de la alargada sombra de las phaloides amanitas, cuando esta cubra el sin par botellodromo- azotea y las noches de insomnio les impidan volver, no digo a soñar, al menos a dormirse, tras el concierto de rock...
Con seguridad, de haber tenido esta ciudad esas “Facultades”, el mercado dedalitos seria algo con más coherencia a las necesidades, y su edificación más amable y funcional. La Hispalis hubiera permanecido donde se encontró, y no estaría convertida en un nómada cargamento de cajones. La línea del Cielo en lo referente a lo establecido quedaría cumplido. Las alineaciones medievales no serian solo un concepto legal. La sensibilidad ecológica hubiera impedido la tala de su arboleda, y el jurado de prestigio internacional se hubiera cuidado emitir semejante fallo, con lo cual no se hubiera aceptado, ni por epatante, esa descabellada cosa, simplemente por el tratamiento que, en su fase de selección, daba un especial tratamiento a una estación de metro inexistente, y a un aparcamiento perimetral que no puede llevarse a cabo.
Lo mismo no se aceptaría que en zona saturada de bares, se permitiera un restaurante y que se desafectara un edificio de propiedad municipal, la delegación de Hacienda, para tener que buscar con las urgencias, bien en alquiler o al precio de mercado, uno que lo sustituya.
Resulta obvio que sin estudiar Medicina, nadie puede ser ejercer de medico, todo lo mas si es que cura, de curandero, que no deja ser un intrusismo. Pero en la gestión publica, obtener los recursos y administrarlos para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, cosa harto difícil, el titulo lo otorga la formación política del militante, si bien el doctorado, que lo concede la urna, puede revocarse.
Francisco Rodríguez Estévez
Sevilla 8 de Julio de 2006

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