martes, 11 de enero de 2011

NOtecresquelodelaencarnacioseacosaquesehayaacabaDO

El logotipo

Lo de la Encarnación tuvo su libro. Una edicion limitada, especial para coleccionistas y bibliófilos, publicada en abril del pasado año, daba sobrada cuenta de lo que alli acontecía. En su epilogo, un criptograma utilizaba la madeja de los lios, ese ocho al que antecede “no” dice significar que no madeja, y si para colmo acaba en do, como acabado, terminado, concluido, finiquitado, demorado, inaugurado, aplazado, e incluso entregado, municipalizado, pues lo mismo se entiende que por nada del mundo se podia dejar aquello sin inaugurar.
Pero en esta ocasión, la madeja que estaba realizada con letras, que retorciéndose una y otra ves dejaban leer como si de la filacteria del nuevo lema se tratara nada menos que ¡NOtecreasquelodelaencarnacionseacosaquesehayaacabaDO!, y mira por donde, que desde que se puso la placa en la puerta mas falsa del llamado mercado, con letrero de plaza de abastos, lo mismo no paran de salir en los papeles esta historia interminable, de tal suerte que lo mismo, hasta que hace falta una nueva maleta para guardar todo su misterio, pues como todos sabeis, es algo que nunca será revelado, y nadie lograra jamas descifrar cuanto costó aquello.
Vienen de vez en cuando cifras al libre albedrio, sin que se tenga certeza de cual es la que se acerca a la realidad, y lo mismo se tienen informaciones que por dispares van desde los 100 millones, a los 143 millones de euros, que como comprenderan no es moco de pavo ni la una, ni la otra, pero esas cantidades por inexactas, no recogen todas las valoraciones, y de seguro que sobrepasa a la mayor.
En el logotipo de “NOtecreasquelodelaencarnacionseacosaquesehayaacabaDO”, aventuraba que el equipamiento valorado en cuatromillonescuatrocientosmileuros, destinados al mercado de formica, con suelo poroso, mostradores desproporcionados, camaras sin herrajes, luminosidad pobre e inadecuada, tortuosa zona de carga y descarga, fregaderos colocados en el lugar contrario a las tomas de aguas y desagues, elementos inoxidables fácilmente oxidados, viales sin anchura reglamentaria, cierrres de castigos, y fotovoltaicas olvidadas, no era mas que un elemento que pudiera identificar semejante cosa, que probablemente nunca se llegue a acabar, pues cuando esto parezca que suceda, lo mismo hay que estar reparando los desperfectos.

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