domingo, 30 de enero de 2011

Sin bendiciones, no hay bautizo

Bajo el balcón

A la cubierta de lo de la Encarnación, la de la madera, en un principio a la parte mas alta le dijeron nube, incluso pudo leerse en algún sitio con la indicación de nimbo,( que lo mismo podía ser nimboestratos, que cirro, que cumulo), posiblemente por su tormentosa forma. A la llamada nube, tambien mirador social de los tejados sevillanos, incluso en una publicidad de la empresa publica le denomina “ski café”, así tal como suena.
Pero como todo cambia,( incluso el poder puede cambiar) y con esto de la falta de cinta, no dejan de aparecen los nuevos bautizos laicos que son como las boda se celebran en el Ayuntamiento, es decir sin bendiciones, pues ocurre nada menos que a aquello que está encima de la nube le han puesto balcón, tal como aquel de la casa grande en el fueron a asomarse, en instantánea capturada, todos aquello que soñaban con increíbles construcciones de diseño, destinadas para viviendas sociales de lujo, con sus correspondientes partidas. ¡A jugar!
Tampoco ha podido ser. Eso pasa por estar siempre construyendo sueños. Dicen que en el balcón no se piensa en otra cosa, y ya que, como a este que nos ocupa, nadie puede subir a visitarlo ni para sacar una foto de campaña, es evidente que todo tiene que estar por debajo. Arriba, abajo. Blas y Epi. Dentro y fuera. Corto, y cierro.
Abajo, por lo llevado a cabo, poco queda de “la tierra de los conejos”, y lo mismo ni se abre al publico en la fecha de elecciones para obtener rentabilidad política, y todo parece indicar que ante la falta de dinero, en esta “de palos” que para acabar, lo mas aconsejable haya sido la demora, por lo que, lo mismo que puede ser en Julio que sea en Agosto, ¡Ave Cesar!
Y es que lo de la Encarnación ha entrado en el síndrome de calima sahariana, que siempre llega al finalizar el verano. Con su calorcito.
Todo esto viene a acontecer por la enorme preocupación que les ha entrado a los subarrendatarios ocupantes del llamado mercado, una vez que han realizado las cuentas que nunca hicieron, y han caído, como de pronto, en la cuenta de que las que le hicieron estaban equivocadas, y los equivocados resulta que ahora son ellos, y mira por donde, al parecer, una veintena, se han reunido con la asesora que los asesora, quien la desasesorará, cuando se desasesoren, bien asesorados estarán, para solicitar que se pueda abrir, en la obra recepcionada provisionalmente, las puertas que conducen a la prolongación de la quinta avenida de Nueva York, (donde en breve se presentará lo de “Sevilla, se ve”, con viaje fin de ciclo), pues aparte de la necesaria ventilación para airear no solo la ciudad, si no también las condensaciones odoríferas, al menos para que el posible publico, a falta de eventos inaugurales de apoyo, fuera aparte la batucada, y sin autobuses, ni coches, ni aparcamiento, pues lo mismo podrían entrar por la puerta de emergencias, antes de que los damnificados subarrendatarios tengan que salir por ella.
Pero lo mismo, si en lugar de decirle a aquello, mercado, a lo mejor para reflotarle y conseguir las ayudas económicas estatales, autonómicas e incluso municipales, acaso convenga bautizarle, laicamente, como los parasoles, y se le pone del tiron un rotulo en la puerta que diga “BANCO”, en lugar de plaza de abastos, quien dice que aquello en lugar de a cerrado, no pueda oler a “botín”.
Sevilla a 30 de Enero de 2011
Francisco Rodriguez Estevez

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