lunes, 8 de marzo de 2010

PAPELES,Y PAPELON

En la escalera

El grupo de técnicos toman fotos de la canaleta que forma la base elíptica de la seta uno. Parece que tienen sus dificultades para que evacue a los husillos toda el agua que pueda caer, y evitar que se caiga nadie por meter el pie. Quien dice, la mano.
Marcando la pauta de la arquitecta, el aparejador, toma buena nota de sus indicaciones metro en mano, midiendo distancias y peldaños, mientras el ingeniero aleman continuaba haciendo fotos en la escalera, sin advertir que les observo. En sotto vocce, su ayudante da la voz de alarma, “Ahí, esta tu amigo”.
Desde lo alto me dice que enseguida me atiende, aunque está muy ocupado preparando una reunión, tal vez con la constructora, acaso con la Gerencia.
El caso es que apenas me retiré , unos minutos, para darle el tiempo, ya que solo quería saludarle, y si acaso, todo lo más pedirle que de una vez por toda explique, si es que puede, a esta ciudad que se lo merece todo, que es lo que esta pasando con lo de las setas, al menos, para enterarnos, después de lo que va a costar, donde esta la responsabilidad técnica, y donde la política. Pero a nada que volvi, y en un instante desapareció el grupo. Manuela, la vendedora de caracoles, que lo ha visto todo bajo su paraguas, me informa que se fueron de prisa,¿Acaso a la reunión prevista?, ¿con la constructora?, ¿con la Gerencia? Andre, que así se llama mi amigo el ingeniero, puso por esta vez pies en polvorosa, posiblemente por las obligaciones del “staff”, tal vez temiendo que en este tiempo tan revuelto, tan convulso y confuso, le volviera a preguntar “por lo mío”, que no es más que esa Encarnación que entre todos la mataron y ella sola se murió.
Es posible que, si no puso rumbo a Berlín, mañana tomemos café.
Pero, lo que son las cosas, a media mañana apareció otro arquitecto, también amigo. Al menos esto de lo de la Encarnación me permitió conocer a muchas personas de relevancia, que de otro modo hubiera sido imposible. Este si que tuvo mando en plaza. Vino para traerme un magnifico regalo, nada menos que cinco kilos de la historia que nos ocupa.
Javier se ha jubilado, y fuera de todo ejercicio ahora se dedica a vivir, me dice que ha dejado su estudio y que ha tirado 2.500 kilos de papeles, libros y revistas que fue guardando a lo largo de 43 años en el ejercicio de su profesión, pero que repasando planos, memorias, informes, documentos, escritos y papeles me seleccionó, para que los conserve, estos kilitos que hace referencia a lo de la Plaza de la Encarnación.
Por suerte, no llegara a tanto el peso en papeles de lo de la Encarnación, que cuando se acabe, si es que se acaba, apenas si tendrá toda la historia escrita, principalmente en los periódicos, que durante muchos años he venido, dire almacenando, tal vez guardando , o conservando, poco mas de la décima parte.
Sevilla a 8 de Marzo de 2010
Francisco Rodríguez Estévez

No hay comentarios: