viernes, 13 de junio de 2025

Antes de que cierre

 

No era el limite del dolor que lo tiene, ni el color rosado de sus mejillas, debia de ser cosa de olores, pues algo se debe estar guisando cuando se nos da en la nariz. Al parecer la pitutaria amarilla detecta el amor a nada que se acerquen.

Ya existen estudios de psicología aplicada a la sexualidad que no hace falta ser animal para saber lo que se huele. Dice la autora del trabajo que es el olor de hombre la mayor atracción de las mujeres, evidentemente lo pública ella en un medio de gran difusión, y conoce la capacidad de su nariz. No hace mucho me dijeron que una madre podía identificar el pedorro de uno de sus niños, ¡a sido Yordi! Exclamo cuando  aquello no había  que lo aguantara.

Los tenemos que son nauseabundos u agradables según quien los percibes, el olor a pan caliente, ya no es como antes, la gasolina, ni se le parece, la tierra mojada ahora parece fango, todos tenemos uno que nos identifica y se puede apreciar cuando entramos en casa ajena.

Tuve un trabajo durante años que cada hogar tenía el suyo propio que podía ser causado por animales en la casa,  detergentes de limpieza, forma de freír, o guisar con las especias, y en ocasiones por el estado de las alcantarillas.

Recuerdo el olor a naranja agria de aquella, en un tiempo enamorado, de otra, fue como de castaña fresca, seria la edad  ahora queda demostrado que el 2nanonal es la marca animal que aún conserva nuestra especie. 


Hoy acaso he sentido el calor de la noche que en la mañana mis sabanas advertían que debían ser cambiadas. Como imaginan no tengo el habito de salubridad de la pérfida Albión que uno de cada tres lo hacen una vez al año, olerían a Dinamarca, muy a pesar de que mis efluvios siempre parecieron agradables y cuando menos tolerable, según ellas, pero hoy toca lavar.

Cierto es que ni en tiempos de cuartel el queso vino a mis pies, y solo la ropa del trabajo llevaba impregnada todas las partículas odoríficas que me obligaron a tener desde los tiempos del lagarto la piel exfoliada.

 Hoy tenía cita con ella, teníamos que ir de compras y ni me había afeitado, debí de haberme duchado, cuando al salir con urgencia como que me pareció que era mi olor corporal el que me había vuelto, tal como la testosterona de legionario que me ha aparecido a mis años.

 Ya imagináis como acabé que tal fuera directo al hospital o a la suite de miel, salí de punta en punta, tal que solo la pequeña Julieta me identifico gracias a su extraordinario olfato que huele “rosas”.


La empleada del establecimiento comercial nos atiende casi familiarmente, creo que ha sido una buena compra, a ella le gusta, yo no paro de contarle cosas pero hoy parece como distraída, ni se acuerda que es San Antonio, para felicitar a hijo y nietos, hermana y cuñados, cierto que el Mernier que disfrutamos, tal como el pin de nuestras tarjetas, que en ocasiones tarda en sintonizar, parece que hoy le ocurre y no es la tensión, pues aun no había advertido que durante toda la mañana he estado hablándole de eso que no hablamos , y no contestaba,  había olvidado quitarse de los oídos los auriculares del radio, y así no había manera, pero ella habla el lenguaje de los signos y me entendía perfectamente. Iremos a comprar arena de gato. Aun tenemos tiempo.

Sevilla a13 de Junio de 2025

Francisco Rodriguez

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