jueves, 3 de octubre de 2013


Tocata y fuga

 

Sin llegar a ser placero de lo de la Encarnación, titulo de reconocido prestigio dado que su abolengo viene de cuna, podría decirse que Jose;  al que le dicen "el patillas"; tuvo en esta una acogida tan fraternal que, entre los titulares y los suplentes, los de alcurnia, y los de nuevo cuño, los de ayer y los de hoy, pongamos casi todos, el caso es que este joven, llamémosle agregado, pues resulta que en muy poco tiempo encontró el equilibrio en difícil sitio, donde justo se ganó el cariño de los que forman la concurrencia en el laberinto, y eso, en la Encarnación travestida, con su idiosincrasia particular de madrugones y malas ventas, la cosa no era empresa fácil.
 
Es posible que partiera con alguna ventaja  cuando a su llegada traía el fraternal abrazo de la gente del pescao, pero el lugar se las traía ,y lo que procedía era , como bien hizo, quitar toda macula del pasado y de lo antepasado.
 Poco a poco aquello tenia el ambiente “patillas”, un ambiente cofrade sin sahumerio, donde el costal tenia su punto de calidad justo, y las sardinas tenían el marchamo de excelente, y el pescado de millonario, pues aparte del embargo judicial que se llevó hasta la raspa, aquello tuvo mas de guasa que de baile.  “La raspa con su son, será nuestra diversión. Dame un brazo para bailar, dame el otro para cambiar”.
 Mas que un bailable mexicano lo de José, el Patillas para los amigos, ha sido por su brevedad tocata y fuga.
Hoy el patillas se ha despedido de un lugar que gana para otro, y los placeros por el momento lo pierden, pero no está la cosa para dar palos al agua , y menos darlos de ciego.

 Todo hace indicar, a pesar de la dificultad que tiene elaborar un contrato de partes, con las luces en corto, donde los intereses son cuando menos dispares, que lo mismo puede firmarse, si las ventajas son para quien lo trabaja, mas todo pueda ser que por el momento, el “Patillas”, deje hervir un poco mas los garbanzos, pues lo mismo el cocido esta en otros fogones, acaso no mas limpios, pero quien se fija en eso, si lo que se mira es lo que hay que mirar, como los hombros en la igualada, para que el esfuerzo se reparta,  y lo que se lleva, entre como sale, y no como salga.
Gusta ser “el Patillas” para sus hermanos de bronce, para los del costal, para los pescaderos, y para cuantos hemos podido conocerle, aun someramente, y ya nunca saldrá de la Encarnación, pues entrando como entró, y con todo lo pasado en este laberíntico fanal, creo que se merece ser, entre o salga,  uno de los nuestros, y por ejemplo ya nada importará que no tenga abolengo generacional, pues de ringo rango, peores "ejemplares", salieron huyendo con cuna  y todo.

Adiós “patillas”, adiós. Cuanto echaremos  de menos ese pecado fresco que nos preparaba, y los garbanzos, y la carne con tomate, pero sin duda será tu ausencia lo que todos extrañaremos.

Aunque preferiría que encontraras algo con mas enjundia para que hinche la de Ubrique a rebosar, para "jasá una vaca", y bañarnos con Gabriela, pero nada indica de que no puedas volver.

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