miércoles, 2 de octubre de 2013



El encargado

 

En la pequeña estancia llena de cuadros de control eléctricos, el habitáculo hace de oficina al encargado de mantenimiento. No es fácil localizarle dado el amplio cometido que le lleva  supervisar todos los espacios, y escondites que le hicieron a esto del Metropol, si mal no le  hicieron la estación de metro, ni la parada para el tranvía, ni le ordenaron el trafico, en cuyo caso harían falta mas encargados, y lo mismo mas personal y quien sabe si saldrían las cuentas..

El Sr. Pulido, encargado de mantenimiento general lo es también del llamado mercado con todas sus deficiencias, y desde hace tiempo tiene por escrito mi reiterada petición a la que no da respuesta, y es algo lógico, pues es sobrada tarea la que lleva con solo distribuir el trabajo al  personal, que parece escaso para tanto cometido, y bregar con los exteriores, unas veces con las losetas que se parten a diario,  y otra con los tornillos que se aflojan y tienen que apretarse, otras veces los eventos, y eso que tiene inutilizada la escalera de poniente, y cuando no los camiones que succionen el deficiente alcantarillado para que la cacosmia impregne el desangelado ambiente. El caso es que mi petición cae en el vacío de una mente ocupada por la vigilancia del fenólico, prohibir los tubos fluorescentes, e impedir que se coloque una cortina que evite la reflexión de la luz. Por suerte la figura de poliéster del ternero ya no es cosa que le preocupe, pues pensaría que no tenia argumentos para su retirada viendo lo que hay que ver.

Vuelvo a reiterarle la petición de una respuesta a lo que sobradamente sabe, pues es algo que el mismo ha comprobado repetidas veces, y que resulta inexplicable que las responsabilidades aun no hallan tenido la  intención de contestar, pues harto difícil se me hace que puedan tener una respuesta, ya sea positiva, o negativa en cuyo caso crece la duda de que pueda ser fundamentada.

El encargado de mantenimiento se ha convertido en un filtro que solo deja pasar los días , pero nada mas, y no hace nada al respecto, es mas, creo que ni tan siquiera ha puesto este asunto en conocimiento de los responsables, ya que si el no tiene autoridad, salvo para prohibir colocar tubos fluorescentes, y vigilar el fenólico, al que cada día se hacen mas destrozos, cuando la uniformidad se pierde con otros criterios, pues es de sentido común que lo que se hace necesario es que cuando menos le hiciera llegar a sus superiores, los responsables,  lo que vengo solicitando, y que cada día el Sr. Pulido encargado de lo de la Encarnación, en su habitáculo lleno de cuadros eléctricos que le sirve de oficina, no tiene ninguna respuesta.  

Sevilla a 2 de Octubre de 2013-

Francisco Rodríguez Estévez

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